Como tal vez sepan los amables lectores, Suecia está tomando muy en serio las repetidas amenazas de Vladimir Putin de recrudecer la actual guerra en Ucrania: los hogares suecos han recibido, recientemente, un folleto en el que se detallan las medidas que pueden adoptar para mantenerse a salvo ante la amenaza de una posible guerra en su región, impreso que cubre también la perspectiva de ciberataques, agentes patógenos, fenómenos meteorológicos extremos y delincuencia organizada.
Suecia, que se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial (SGM) y deseaba seguir siéndolo hasta después del 2022, ha sido proactiva a lo largo de los años cuando se trata de mantener informada a su ciudadanía sobre cualquier amenaza a la seguridad nacional. Ya en plena SGM, el gobierno distribuyó el folleto «Si llega la guerra: Instrucciones para los ciudadanos suecos» y, a partir de entonces, las autoridades actualizaron sus consejos con regularidad durante la Guerra Fría, antes de eliminar gradualmente la defensa civil (y gran parte de la militar) del país entre 1996 y 2004.
Pero ahora estamos observando que Suecia y sus vecinos están tomando muy en serio la posibilidad de una escalada bélica rusa, al igual que otros países de la región, ya que, en estos días, los países de la Unión Europea (UE) discuten un fondo conjunto de defensa de 500,000 millones de euros, ante la perspectiva de que la bestia Trump reduzca el compromiso de EUA con la seguridad europea a través de la OTAN.
Mientras tanto, Rusia sigue intensificando su retórica: en una entrevista reciente, el ex asesor de Putin, Sergei Karaganov, ha pedido la «capitulación completa de Ucrania» y que la OTAN vuelva a sus fronteras de 1997, más o menos donde estaba durante la Guerra Fría, antes de que se unieran países como Polonia, Hungría y la República Checa.
Karaganov, conocido por sus buenos contactos en los círculos del Kremlin, es conocido por sus opiniones extremas: el año pasado afirmó que para asustar a Occidente y evitar que apoye a Ucrania, Rusia debe atacar «un montón de objetivos en varios países». También considera, desde hace tiempo, que Rusia debe movilizar a ciudadanos de otras naciones cuya lengua materna sea el ruso para que actúen como agentes del Kremlin.
Y, como es su costumbre, el Kremlin plantea exigencias «maximalistas», apuntando, como ellos dicen «a la forma rusa de negociar: exigir todo el pastel y luego conformarse con tres cuartas partes, habiendo estado en realidad dispuesto a aceptar la mitad», lo cual podría señalar que, en ralidad, Putin está abierto a la negociación.
Aunque una cosa es segura: muchos rusos están disfrutando de la «incomodidad» occidental ante las amenazas de Putin y sus aliados, si nos guiamos por el programa de entrevistas 60 Minutos del canal Rusia-1, donde se presentó un segmento en el que se examinaba la reacción en Occidente ante el reciente discurso del «Neo-Zar», en el que anunció que había aprobado cambios en la doctrina nuclear de su país, los cuales facilitarían a Rusia el empleo de su arsenal nuclear en respuesta a una amenaza percibida.
Debemos recordar que Putin usó el mismo tipo de estratagema con los suministros energéticos, recordando a las naciones de Europa occidental, en el otoño de 2022, lo fríos que pueden llegar a ser los inviernos sin el gas ruso. Por supuesto que el tiro le salió por la culata, ya que muchos países que habían estado recibiendo dicho combustible de Rusia cambiaron a otras opciones energéticas.
Y, como todos sabemos, no ha habido ni un ataque nuclear ni un fallo energético catastrófico, además, la decisión de Joe Biden —seguida rápidamente por un llamamiento similar de Gran Bretaña— de permitir a Ucrania el uso de sistemas de misiles de largo alcance para atacar objetivos dentro de Rusia, al menos hasta cierto punto, ha dejado en evidencia a Putin.
Pero, ¿podría este apoyo haber llegado demasiado tarde para Ucrania? Han pasado casi tres años desde que Putin lanzó su invasión a gran escala y las tropas rusas están haciendo retroceder a los defensores ucranianos, lenta y a un alto costo en términos de bajas, pero constantemente.
Mas, por primera vez, el cansancio de la población ucraniana se refleja en las encuestas de opinión: un sondeo de Gallup, publicado el 19 de noviembre, reveló que más de la mitad —el 52%— de los ucranianos está ahora a favor de algún tipo de acuerdo de paz negociado y sólo el 38% quiere que el país siga luchando hasta ganar la guerra, cifra que contrasta con el 63% que quería seguir combatiendo hasta la victoria el año pasado por estas fechas, y el 72% en el 2022.
Por tanto, no es de extrañar que el primer punto del recientemente promulgado «Plan de resiliencia» de Zelensky se titule «Unidad» y afirme: «El mundo puede a veces hacer oídos sordos a voces individuales, pero nunca a una nación entera que sabe lo que quiere, trabaja unida y sabe cómo alcanzar sus objetivos».
En este orden de ideas, una de las cosas que tanto entusiasmó al programa ruso 60 Minutos fue el aparente temor, en los medios de comunicación occidentales, ante la más reciente arma de su país, el misil hipersónico Oreshnik, de medio alcance y con capacidad nuclear. Recordemos que Putin respondió a la decisión de Biden, de permitir a Ucrania utilizar misiles estadounidenses para atacar objetivos en Rusia, ordenando el disparo de un Oreshnik contra la ciudad ucraniana de Dnipro. De forma bastante escalofriante, el misil recorrió casi 1,500 km en 15 minutos antes de dejar caer su carga de seis ojivas sobre objetivos predeterminados.
Putin declaró que su arma era «comparable en potencia a un ataque nuclear», si se lanzaban suficientes cabezas explosivas de alta potencia en la misma zona, agregando que sería «como la caída de un meteorito». Pero en la guerra parece haber cada vez menos misiles, y en el conflicto de Ucrania estamos viendo mucho más de lo que se llama «guerra híbrida», con los ataques al cableado submarino y las rutas marítimas, que pueden llegar a desestabilizar un país al amenazar sus comunicaciones y cadenas de suministro.
Por si lo anterior fuera poco, debemos reconocer que a todos nos sorprendió la reciente noticia de que las fuerzas rebeldes sirias habían invadido la ciudad de Alepo, a fines del pasado noviembre: el repentino y completo avance a través de dicha provincia, así como la reconquista de la segunda ciudad más grande de Siria, se produjo en tan sólo unos días, tomando al régimen de Bashar al-Assad y a sus aliados rusos e iraníes como al proverbial «Tigre de Santa Julia».
Y parece que las fuerzas de Assad están retrocediendo aún más: ya se ha anunciado que combatientes dirigidos por miembros del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante) han retomado Hama, otra ciudad clave situada más al sur, en dirección a Homs y Damasco, la capital, misma que, según recientes reportes, ha comenzado a ser rodeada.
No debemos olvidar que, desde el comienzo de la guerra civil en 2011, la supervivencia de la dictadura de Assad en Siria ha dependido en gran medida del apoyo de Rusia e Irán, así que no es de extrañar que, con ambos países fuertemente comprometidos en otros lugares, los rebeldes hayan detectado la oportunidad y la aprovecharon.
Pero aún hay lugar para el optimismo en nuestro mundo: ha sido alentador observar que lo que parecía ser nada menos que un intento de golpe de Estado por parte del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, fue rechazado tanto por la gente como por los políticos. El martes por la tarde, Yoon pidió que se impusiera la ley marcial, en respuesta a las dificultades para aprobar su presupuesto (aunque culpó a las «fuerzas antiestatales» norcoreanas).
Sin embargo, los miembros de la Asamblea Nacional (algunos de los cuales tuvieron que romper barreras para entrar en el edificio) se reunieron y votaron por unanimidad rechazar el llamamiento de Yoon. Ante la presión de los parlamentarios dentro del recinto legislativo y de los ciudadanos que protestaban fuera, las fuerzas de seguridad se retiraron. No debemos dudar de que los surcoreanos, los más viejos de los cuales recuerdan demasiado bien los malos tiempos de la dictadura, respiraron aliviados y bendijeron la fortaleza de su democracia. Ojalá que algún día pudiéramos decir lo mismo en nuestro país.
https://www.eldebate.com/internacional/20241118/suecia-finlandia-piden-ciudadanos-preparen-guerra_245928.html
https://www.france24.com/es/programas/historia/20220525-historia-suecia-finlandia-neutralidad-otan
https://es.wired.com/articulos/los-paises-nordicos-actualizan-sus-manuales-de-supervivencia-belica-ante-una-posible-crisis
https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/06/23/rusia-sergei-karaganov-una-decision-dificil-pero-necesaria-el-uso-de-armas-nucleares-puede-salvar-a-la-humanidad-de-una-catastrofe-global/
https://www.dw.com/es/la-doctrina-nuclear-de-rusia-se-ampl%C3%ADa-a-nuevas-amenazas/a-70836983
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60947787
https://www.infobae.com/america/agencias/2024/12/06/ucrania-cifra-en-mas-de-750000-las-bajas-en-combates-sufridas-por-rusia-desde-el-inicio-de-la-guerra/
https://www.elconfidencial.com/mundo/2024-12-06/encuestas-incluso-propios-ucranianos-prefieren-paz-rapida_4017844/
https://www.ansalatina.com/americalatina/noticia/ultimo_momento/2024/11/14/zelensky-anuncio-plan-de-resiliencia-de-10-puntos_5ad152bd-51e2-46d7-9d37-bfb1ae5b00b2.html
https://www.bbc.com/mundo/articles/ce9g5k10kpxo
https://www.cidob.org/publicaciones/conflicto-hibrido-guerra-total
https://www.excelsior.com.mx/global/rebeldes-toman-segunda-ciudad-importante-siria/1688178
https://www.milenio.com/internacional/rebeldes-sirios-comenzar-rodear-damasco-gobierno-niega
https://elpais.com/opinion/2024-12-07/un-reves-para-putin-en-siria.html
https://es-us.noticias.yahoo.com/presidente-corea-sur-declar%C3%B3-repentinamente-225435750.html
https://www.swissinfo.ch/spa/la-turbulenta-historia-de-los-presidentes-de-corea-del-sur/88487107
Carlos Hinojosa*
*Docente y escritor zacatecano