Ante la ‘andanada” de destapes (anticipados y fuera de la ley), rumbo al 2027, sería bueno recordar que quienes aspiran a ocupar un puesto de elección popular, deben estar capacitados.
Experiencia, trayectoria, conocimiento, preparación y buena voluntad, son solo algunos de los requerimientos que deben para ofrecer un mejor servicio.
Desde hace años hemos visto que llegan a ocupar estos cargos, personas sin estas características (por eso los malos resultados). Las formas con que son designados para contender en unas elecciones, son muy cuestionables.
El “dedazo” no ha sido erradicado. Las viejas prácticas, incluso, se han perfeccionado. Los partidos que detentan el poder siempre buscan evadir la ley electoral, con nuevas “estrategias”.
El servicio público ha decaído considerablemente, al arribar a los diferentes cargos, personajes sin experiencia, ni capacidad. Solo buscan el poder, por el poder.
La atención a la ciudadanía y entregar buenos resultados, solo queda en el discurso de los interesados (promesas, así se les conoce). Estas prácticas permanecen en la actualidad, incluso, mejoradas.
Se utiliza el cargo político actual para, posteriormente, buscar saltar al siguiente, sin rubor alguno: esta situación es permanente. Ya lo vemos en la actualidad. Falta un año y medio para las elecciones del 2027 y ya hay un ‘movedero” impresionante.
Ahora, como nunca, se está presentando está “fenómeno”, a destiempo. Lo vemos en espectaculares, bardas, vallas y cualquier espacio, donde se realizan pintas para promocionarse.
No lo hacen directamente, aunque los mensajes se descifran inmediatamente, y se conoce al personaje en cuestion. Al final, lo único que cuenta es avanzar en sus pretenciones políticas.
Ofrecer resultados a la ciudadanía, es lo de menos. Es total el interés por seguir viviendo del erario, sin merecimientos. No llegan los mejores, si no los que “invierten” mejor y movilizan más gente.
Nuestro servicio público, en México, cada vez está más degradado. Lo vemos constantemente. Una muestra clara: la gran mayoría de nuestros representantes populares (diputados y senadores) llegan sin preparación. Igual que antes, solo a levantar la mano.
Se cuestionaba mucho a los que estaban antes. Ahora hacen lo mismo. Es más, muchos que “legislaban” con un partido político (que estaba anteriormente en el poder), ahora lo hacen con otro partido (que, en la actualidad, está en el poder).
Esa es nuestra triste historia.
* Salvador del Hoyo Bramasco.
* Periodista.