NORIA DE ÁNGELES. No obstante de ser reconocido como una ruta de valor patrimonial mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (abreviado internacionalmente como UNESCO), el sureste zacatecano aún está a la espera de recibir la luz del programa gubernamental Zacatecas Deslumbrante.
Los 50 kilómetros que unen de Pinos a Villa González aún no tienen un lugar dentro de la política de turismo de Gobierno del Estado, no obstante que los pueblos y comunidades que hay en este trayecto resguardan en su interior elementos culturales de valor único.
Uno de estos puntos emblemáticos se ubica en el centro de la cabecera municipal Noria de Ángeles, se trata de un edificio religioso que en su interior se identifican elementos arquitectónicos y artísticos de los estilos Barroco y Rococó.
No obstante su valor patrimonial, hoy en día el tiempo le ha cobrado la factura y tanto su fachada como su interior se encuentran deterioradas, en el olvido y a merced de una destrucción paulatina y de lento progreso.
Este inmueble es considerado uno de los 55 sitios emblemáticos del Camino Real de Tierra Adentro, mejor conocido como Camino de la Plata, el cual era una ruta minera y comercial de aproximadamente 2 mil 400 kilómetros que conectaba a Nuevo México y Texas con la Ciudad de México.
Templo Barroco y Rococó
Después de las montañas de tierra que dejó consigo la Mina Real de Ángeles, mismas pueden ser observables hasta en 10 kilómetros de distancia, este inmueble religioso puede ser visto desde la carretera, un kilómetro antes de llegar a la cabecera municipal de Noria de Ángeles.
Sobresalen sus dos torres con cúpula, en cuya cresta sujetan una cruz, enclavadas en un llano, que desde su creación han mirado de cómo se ha escurrido la riqueza minera sin que ésta haya beneficiado al pueblo que la albergó.
La diócesis de Zacatecas la designa como parroquia La Purísima Concepción, y la tiene clasificada como perteneciente a la zona 5 “Oriente” con cabecera en Pinos, sin embargo en la UNESCO está registrado desde el año 2009 bajo el nombre Templo de Nuestra Señora de los Ángeles.
De acuerdo a los registros de la Crónica Municipal de Noria de Ángeles, este edificio religioso fue construido en 1870.
Su advocación religiosa está orientada a la Purísima Concepción, también llamada Inmaculada Concepción. Muy seguramente influida por la inercia que generó el dogma del mismo nombre decretado por la Iglesia católica, en 1854, en el cual se reafirma que la Virgen María estuvo libre de pecado original.
Su arquitectura está cimentada en una base rectangular que corre en lo ancho sobre la calle Río Colorado y en lo largo sobre la calle Niños Héroes, en la colonia Centro.
De acuerdo a una descripción del Instituto Nacional del Federalismo y Desarrollo Municipal, tanto en su interior como en su exterior se encuentra elementos de construcción del movimiento estético neo clásico.
Por fuera caracterizan a este templo dos medianas torres sencillas, un atrio y un ábside; por dentro su estructura está divida en tres naves, mismas que la hacen espaciosa y lleno de luz.
El decorado de las paredes, naves y cúpula es Barroco, aunque con tendencia de art nouveau Rococó. El decorado es un barroco muy mexicano, con gran derroche de aplicaciones de yesería, abundado en las figuras de ángeles y guías, elementos que hacen de esta iglesia un ejemplar único.
Olvido y desatención
A 149 años de su creación, el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles muestra un rostro de olvido y desatención tanto de las autoridades eclesiásticas como de los gobiernos federal, estatal y municipal.
En su parte exterior, justo a la entrada al atrio, se observa sólo la base de cantera de lo que fuera su blasón eclesiástico. En esta misma zona del frente de su arquitectura está destruida parte de su moldura y dos grabados circulares, también en piedra de cantera rosada. En el frente del atrio se observa una gruesa línea y lunares de enjarre botado.
En la fachada del templo también se observa un vidrio circular quebrado encima de la puerta de acceso. La madera de sus puertas y ventas, como la pintura de sus torres y cúpulas requieren mantenimiento y en algunos casos restauración.
En su interior algunos muros del inmueble guardan un patrón de semejanza con varias viviendas de la cabecera municipal de Noria de Ángeles.
Debido a las explosiones ocasionadas por la Minera Frisco, propiedad del magnate Carlos Slim, en la década de los setentas y ochentas, las paredes están agrietadas y presentan fisuras, mismas en el algunos casos provocaron la caída del enjarre o pedazos de muros.
Algunos puntos de su balcón interior, que corre por los costados de sus naves, están en peligro inminente de caer, ya cuelga parte de su estructura.
También se encuentran algunos lunares de humedad sus muros y segmentos de pintura corroída y destruida.
Algunas de sus esculturas religiosas, como la de un Cristo recién azotado por la espalda, que tiene en su cabeza una corona de espinas, muestra una falta de mantenimiento en los colores de su rostro.
No obstante esta situación, el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles ofrece sus servicios ordinarios de misa a los pobladores de la cabecera municipal. Los domingos asisten a la celebración religiosa hasta 200 personas.
Símbolos culturales invisibilizados
El sureste zacatecano tiene otros dos sitios registrados en el Camino Real de Tierra de Adentro, el templo Nuestra Señora de los Dolores, ubicado en Villa González Ortega, y la cabecera municipal de Pinos.
Sin embargo y a pesar de que organismos internacionales han resaltado el valor patrimonial de estos sitios, ello no ha representado gran interés para las los tres órdenes del gobierno del Estado.
Aunque pudiera pensarse que la ruta del sureste pudiera ser un imagen de turismo que daría fuerza económica a estos pueblos, la visión de la Secretaría de Turismo es otra: centra su trabajo en una política de promoción y difusión de la en la capital del Estado.
Y mientras ello ocurre se acrecienta el desinterés, desconocimiento y desvaloración gubernamental y social de otros símbolos culturales de Zacatecas.
José Córdova / Tropicozacatecas.com
Fotografías: José Córdova