The Boys: desinflando la «perfección superheroica» – Axis Mundi


Como bien saben los amables lectores que siguen esta serie de Amazon Prime Video, en contraste con los nobles relatos de los superhéroes de Marvel y DC Comics, The Boys imagina un mundo en el que tales personajes no sólo utilizan sus poderes para salvar a las personas en peligro, sino que abusan de ellos para obtener influencia y control, por ende, la misión de los «muchachos» del título, un grupo disfuncional de anti-superhéroes, es socavar a estos «supers», conocidos como Los Siete, junto con la empresa que los posee y gestiona, Vought International.

Basada en el icónico cómic creado por Garth Ennis y Darick Robertson en el 2006, la adaptación televisiva regresó el pasado 13 de junio para su cuarta temporada, y sigue desinflando alegre (y violentamente) la pomposidad de la «perfección superheroica».

Es conocido que la extrema violencia «caricaturesca», a menudo «acondicionada» para hacer reír, del cómic original —aunque algo diluida—, se ha trasladado con éxito a la adaptación de Prime Video, y el resumen de la tercera temporada (alerta de spoiler) es una prueba de ello: cabezas que explotan, bestialidad y lanzamiento de improperios.

Asimismo, The Boys cuenta con una trama irónica aderezada con bastante mala leche y humor negro, la cual no le impide abordar temas contemporáneos inquietantes, por ejemplo, los estadounidenses conspiracionistas de la ultraderecha, adictos a las fake news, que abundan en las redes sociales, junto con varios casos de explotación infantil, como los niños soldado.[i]

Sin embargo, y por fortuna, es el tipo de serie que se niega a fosilizarse: ridiculiza el impacto de la intromisión de las empresas en los esfuerzos creativos, produciendo películas de Hollywood insípidas y musicales vacíos, pero luego incluye un descarado posicionamiento de producto en Amazon (cuya plataforma Prime Video emite el programa).

Además, es reflexiva en su representación de las relaciones homosexuales, pero se ríe con sorna de los personajes «supers» implicados en prácticas sexuales no heteronormativas.[ii] Aun así, todo parece ser válido si se enmascara con el barniz protector de un guiño cómplice con el, casi siempre, sorprendido espectador.[iii]

De cualquier forma, quizá todo lo anterior no sea lo relevante, ya que estamos ante un espectáculo pleno de contradicciones, como la vida misma: el choque de sensibilidades diversas proporciona una energía que impulsa la trama con frecuentes e incómodos cambios de tono entre el horror y la conmoción, la comedia y la miseria. Si los engranajes de nuestro cerebro crujen de vez en cuando, tanto mejor.

Y los primeros episodios de esta cuarta temporada continúan con el citado crujido: nos unimos a The Boys a mitad de una misión, con el equipo encubierto en una fiesta electoral. Seis meses después de los acontecimientos de la tercera temporada, se han producido cambios en el mundo del relato (alerta de spoilers para quienes no han visto las temporadas previas): además de la elección del presidente Robert Singer (Jim Beaver) y de la vicepresidenta Serena Neuman (Claudia Doumit), los «muchachos» han salido de la congeladora y operan bajo los auspicios de la CIA.

El primer episodio comienza con The Boys en pleno operativo, infiltrados en el citado festejo electoral. Al ritmo de «God Save The Queen», de los Sex Pistols, Neuman, la corrupta vicepresidenta electa —y «súper» oculta— sube al escenario para celebrar su victoria, acompañada de Johnny Rotten gruñendo «Bomba H en potencia… no es un ser humano», como podemos ver, nunca se podrá acusar a esta serie de ser sutil, como señala su showrunner, Eric Kripke:

«Simplemente hago un aspaviento en plan ‘Mira, no sé qué más hacer’. La serie es muchas cosas. Sutil no es una de ellas. Si tú, por ejemplo, piensas que Homelander (el antagonista) es un héroe, no sé qué más decirte. No sé qué contarte. Pero, por otro lado, si la gente ve esta serie como un mero entretenimiento escapista, como otra cosa de superhéroes cualquiera, entonces… supongo que gracias por verlo, ¿entre interrogantes?».[iv]

Podemos decir que de eso tratan en gran medida los cuatro primeros episodios de la nueva temporada, de apariencias frente a profundos y oscuros secretos. Al igual que la sonrisa desalmada que se dibuja en la cara de Neuman, no se puede confiar en lo que vemos en la superficie: como la máscara de un superhéroe, las apariencias ocultan y distorsionan la realidad. En el retorcido mundo dominado por los medios de comunicación de The Boys (cualquier semejanza con el nuestro…), los superhéroes no son tanto símbolos como marcas utilizadas para promocionar cualquier producto o ideología hueca que los políticos y las corporaciones consideren oportunos.

Así, aparte de apoyar encubiertamente el ascenso al poder de Neuman, Homelander (interpretado con maestría por Anthony Starr), el escalofriante antagonista y líder de facto de la corporación Vought —junto con Los Siete—, está siendo juzgado por el asesinato de un manifestante, lo cual ve como «una formalidad», según le dice a la vicepresidenta, recordando la afirmación de Donald Trump, en 2016, de que podría cometer un asesinato y no perder votos.[v]

Y aunque resulta genial volver a los viejos favoritos —el exlíder del equipo caído en desgracia, Billy Butcher (Karl Urban), está de vuelta—, gran parte del disfrute de la cuarta temporada reside en la introducción de nuevos «supers» y sus poderes, tal como Eric Kripke señaló en una entrevista: «Estos nuevos ‘supers’ son algunos de los mejores y más locos que se han escrito para The Boys. Les van a encantar. Y por ‘encanto’ quiero decir estar absolutamente horrorizado y un poco asqueado».[vi]

De este modo, Sage (Susan Heyward) resulta el más intrigante de los nuevos personajes, su poder es simplemente su cerebro: se trata del ser más inteligente de la Tierra. En un chiste recurrente, ella le llama constantemente la atención a cualquiera que la identifique como «la mujer más lista del mundo»: «Persona», corrige cansinamente.

Por si fuera poco, a Sage se le ignora con frecuencia, incluso cuando se opone a que Vought añada «hermana» a su nombre de superheroína, por sus connotaciones racistas. De hecho, como espectadores nos preguntamos por qué una mujer afroamericana tan brillante trabaja voluntariamente con una organización intolerante.

De cualquier forma, pese al «hate» que está recibiendo la serie por parte de los fascistas estadounidenses (¡y de Latinoamérica!), quienes ya se dieron cuenta de que el show se burla de ellos con gran precisión,[vii] esperamos con impaciencia la respuesta al controvertido comportamiento de Sage en los episodios restantes de la actual temporada, ojalá que con el típico estilo inapropiado y aplastamiento de nuestros engranajes mentales.

  • Las tres temporadas anteriores de The Boys se encuentran disponibles en Amazon Prime Video, con los ocho episodios de la cuarta temporada estrenándose de manera semanal hasta su conclusión el 18 de julio del presente año.

[i] https://tropicozacatecas.com/2018/09/23/13719/

[ii] https://revsexologiaysociedad.sld.cu/index.php/sexologiaysociedad/article/view/642/669

[iii] https://as.com/meristation/series/el-creador-de-the-boys-desvela-en-que-le-han-pedido-que-rebaje-el-tono-de-la-serie-n/

[iv] https://www.espinof.com/series-de-ficcion/hay-gente-dandose-cuenta-ahora-que-the-boys-se-rie-fascismo-temporada-4-esta-sufriendo-review-bombing-ello

[v] https://elpais.com/internacional/2016/01/24/estados_unidos/1453633454_177514.html

[vi] https://x.com/therealKripke/status/1554202222824607744

[vii] https://www.youtube.com/watch?v=x67yyDGfhHc

 

Carlos Hinojosa*

*Docente y escritor zacatecano

Puedes compartir esta noticia en tus redes sociales.
Previous Se gradúan 36 niños y adolescentes de inglés
Next "Mi principal compromiso es gobernar con honestidad, transparencia y honorabilidad": Pepe Saldívar