LUIS MOYA. Los colores, olores y sabores se perciben al salir de la capital rumbo al sureste zacatecano.
Al pasar por Trancoso, es obligatorio probar y adquirir pan ranchero, semitas, buñuelos, gorditas de horno, tunas, nopalitos, duraznos y fresas.
Paisajes manchados de verde color vida y nubarrones cargados de agua grisácea y, de fondo, el firmamento teñido de una gran variedad de azules reciben a quienes se dirigen hacia Aguascalientes por la antigua carretera.
Inundado por viñedos e interminables cultivos que dejan entrever algunos charcos y el rocío de la mañana, ese valle también conecta con las famosas villas zacatecanas: Villa González Ortega, Villa Hidalgo y Villa García, que son otra entrada a la región más importante del estado en producción de hortalizas, que tiene su punto medular en Loreto.
Al continuar rumbo a Ojocaliente, sin voltear la mirada al Pueblo Mágico de Pinos, productor por antonomasia de tuna, las rejas que contienen este manjar y uvas dan la bienvenida a los paseantes, y pareciera que entre más se adentra en estos sitios, el instinto invita a probar la variada riqueza gastronómica.
Después de 40 minutos de contemplar paisajes y de despertar el apetito, Trancoso, Ojocaliente y Cuauhtémoc quedaron atrás en una agradable planicie recta, y Luis Moya, con sus múltiples locales de ropa en su exterior, recibe a los viajeros.
Pantalones, camisas, camisetas, conjuntos escolares, deportivos o para bautizos y todo tipo de prendas atraen la atención por su bajo costo. Pero para recorrer los más de 100 centros comerciales, debe cargarse de energía.
Y no hay nada mejor que hacerlo con las tradicionales gorditas de maíz rellenas de frijoles con chile rojo, las que desde hace 40 años ofrece doña María Bustos Salas, en el local Las Marías, en la calle José González #10. Su precio: sólo 8 pesos.
Justo una cuadra atrás del templo religioso de la cabecera de Luis Moya, en el negocio de María, tres comales de petróleo permanecen como mudos testigos del implacable paso del tiempo.
Mientras María Felícitas Lucio y Marcela Méndez, nuera e hija, rellenan con guisos y echan al comal las auténticas y tradicionales gorditas, doña María Bustos cuenta que ahí era frecuente recibir al entonces gobernador Ricardo Monreal y a su comitiva.
“Aquí venían cada que pasaban a las comunidades y se llevaban muchas gorditas”, narró a pregunta expresa de Trópico de Cáncer Noticias, sobre los personajes de la vida política o social que han pasado por su local-
“Nunca vino Amalia García, tampoco ha venido Alejandro Tello, sólo Monreal; a él le encantaba”, añadió doña María Bustos. Pero guarda silencio. Aquí se viene a comer.
Yesca, chicharrón, trocitos de carne, rajas, deshebrada con papas y queso son los guisos que complementan los rellenos de las gorditas que desde hace unos cuantos años empezó a pedir la gente.
Pero justamente en Las Marías, diariamente, de las 9 a las 14 horas, se cocinan las tradicionales y originales gorditas rellenas de frijoles y chile rojo, las mismas que cada temporada vacacional de invierno llegan a Denver, Colorado, y otras ciudades de Estados Unidos, transportadas por paisanos en grandes dotaciones.
Hace 40 años llegaron las primeras máquinas tortilladoras a Luis Moya y los alrededores, lo que obligó a doña María Bustos y más mujeres como ella a dejar de tortear a mano, que era su oficio y con el que mantenían a sus familias.
Debido a que tenía que sacar adelante a sus hijos, se las ingenió y empezó a elaborar gorditas rellenas de frijol con chile rojo y pudo sortear las peripecias y daños que causó la tecnología. Los clientes pulularon y, hasta la fecha, el sabor mantiene vigentes las únicas y originales gorditas.
Luego de disfrutar este alimento, que no hace nadie más en Luis Moya, es tiempo de visitar los locales comerciales y adquirir ropa, que se elabora en las fábricas del municipio, o si se desea, de regreso, hay que detenerse a comer tunas y uvas de la temporada.
Otras opciones son continuar rumbo a Aguascalientes, que también tiene ofertas turísticas que deslumbran, como los Pueblos Mágicos de Tepezalá, Real de Asientos, San José de Gracia o Calvillo, todo cobijado por una gran riqueza gastronómica y natural.
Erik Flores / Tropicozacatecas.com
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