Juan Manuel de la Rosa, en Zacatecas
Posted by Trópico de Cáncer Noticias on Thursday, April 4, 2019
ZACATECAS. Daría la vida por tomar un vaso de leche entera y conversar con sus amigos de Sierra Hermosa, Villa de Cos, Zacatecas.
Lo primero aún lo anhlea, pero lo segundo se le concedió, ya que sus coterráneos del semidesierto acompañaron al artista plástico Juan Manuel de la Rosa a la apertura de la exposición Diáspora personal. Inmigración y Desplazamiento, en el Museo Francisco Goitia, de la capital zacatecana.
“¿Qué no diera yo por estar disfrutando un vaso de leche entera en Sierra Hermosa? Daría mi vida por estar en ese silencio, en esa inmensidad, en ese horizonte redondo, donde uno siente la libertad. Los sabios se internaban en el desierto porque los hace descubrirse a sí mismo en un viaje interior”, aludió.
El connotado artista zacatecano, quien fue distinguido en Zacatecas como Hijo Pródigo hace 19 años, regresó a su tierra después de “ese viaje que nunca termina”, y lo hace para mostrar su obra de tres años, reflejado en pinturas, esculturas, dibujos y grabados, teñidos con sustancias naturales provenientes de distintas partes del mundo.
Arropado por sus hermanos de Sierra Hermosa, así como de su compañera de vida, la primera actriz Diana Bracho, Juan Manuel de la Rosa manifestó su satisfacción y alegría por reunirse nuevamente con entrañables amigos, ahora en el Museo Francisco Goitia, como parte de las actividades del Festival Cultural Zacatecas 2019.
En esta exposición, que se integra por 50 piezas, más otras tantas que se extendieron a la Galería Arroyo de la Plata, y que, después del 30 de junio, fecha de permanencia en Zacatecas, serán llevadas al Museo Saturnino Herrán, de Aguascalientes, recurre al tema de la expulsión, del viaje, de la migración errante, del interminable horizonte.
Y por eso Juan Manuel de la Rosa regresó con gusto, porque “salir del paraíso, de una zona árida, sentí como si me hubieran quitado parte de mi identidad, y me arrojó a una maldición que me arrastra por el mundo. Por eso debía conjurarlo a través de las artes, de la educación y la cultura a la que tuve acceso”.
Sobre la diáspora, añadió el artista, recordó el viaje que describe Constantino Cavafis, cuando uno se embarca a ese lugar mítico, que es Ítaca, y no sabe cuándo va a llegar, lo que uno va encontrando en el camino es lo enriquece. “No hay que perder la mirada de que se debe llegar a una meta, pero no hay que apresurarse, se debe aprender en el viaje”.
Y aunque uno llegue viejo a ese lugar, lo importante es lo que ha significado el viaje. “El viaje enseña, aunque estemos en un país nevado, en una isla en el pacífico, el zacatecano”… añora el regreso.
El multigalardonado pintor, escultor y grabador recalcó que es un desterrado, un hijo del desierto: “Soy pintor porque soy tímido, introvertido, me siento en el trayecto, en la itinerancia, en el peregrinaje, veo a mis amigos, a mi familia, y me siento como si tuviera una pequeña dosis de paraíso, de estar aquí en mi tierra, de poder llegar al desierto”.
“Si llego a una ciudad, no presumo de viajero, es una maldición que arrastra a uno por el mundo, es una maldición estar flotando en el mundo, con un corazón flotando en el mundo”, externó Juan Manuel de la Rosa, quien ama “con un profundo dolor mi pobre patria sucia y desdichada”.
El artista también estuvo acompañado por Alfonso Vázquez Sosa, director del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) Ramón López Velarde; por el alcalde de la capital, Ulises Mejía Haro, así como por Gema Mercado Sánchez, titular de la Secretaría de Educación de Zacatecas (Seduzac), y Agustín Enciso Muñoz, director del Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación (Cozcyt), a quienes agradeció la invitación para mostrar su “modesto trabajo”.
En todo momento, brilló la presencia de los niños y jóvenes que forman parte del Club de Lectura Sierra Hermosa, una utopía de Juan Manuel de la Rosa que se ha sostenido durante casi 20 años en el semidesierto zacatecano, donde atraviera el Trópico de Cáncer.
Juan Manuel de la Rosa ha participado en más de 50 exposiciones, entre bienales, concursos y salones de pintura individuales y colectivas en México, Estados Unidos, Francia, Argentina, Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Bélgica y España, entre otros.
Erik Flores / Tropicozacatecas.com
Fotos: Erik Flores