El huaje y la flecha más pequeña que suenan frente a la plaza de la Santa Cruz de la colonia Buenavista, en capital del estado, es de un matlachín de cinco años.
Con la manterillera bien sujetada a su cabeza y tratando de igualar el sonido que sus similares hacen con sus huaraches de tres agujeros, Brayan danza al unísono del tambor.
Él es el matlachín más pequeño que tiene la Danza de la Virgen de San Juan de Zacatecas, una agrupación que baila sones que fusionan lo prehispánico y lo mestizo, misma que a través de la danza le rindet tributo a santos y vírgenes de la religión católica.
A los cuatro años
De cariño, sus compañeros de danza le dicen “El Chulo”, un sobrenombre que se ha ganado por su trato agradable y la forma grácil con la que se desenvuelve al ritmo de la tambora.
Brayan Osvaldo Ríos Martínez estudia el segundo grado de preescolar en el jardín de niños Pedro Ruiz González, ubicado en el barrio de la Pinta de Zacatecas capital.
A su corta edad aún no sabe leer, ni escribir, aunque ya identifica las letras y las representa en una hoja de papel, pero sí tiene algo definido en su pequeña vida: quiere ser un matlachín.
Desde los tres años asistía como acompañante de la Danza de la Virgen de San Juan de Zacatecas, pues su papá, Juan Antonio, es uno de los dos tamboreros de la agrupación.
A los cuatro años, pidió una oportunidad para bailar en la agrupación dancística y le fue concedida… Los pazos ya los sabía, pues los aprendió de verlos todo un año.
Que suenen los huaraches
En todas las fiestas patronales y de barrio a las que asiste Brayan, siempre le acompaña un ángel de la guarda, quien le impulsa y le apoya para que continúe su formación como matlachín, ese alguien es su mamá, Jennifer Saraí.
A medio metro de la zona de danza, ella está ahí, atenta, observando como se desarrolla el baile de su hijo… a veces le impulsa y motiva con un pequeño grito: “suénale Brayan, que suenen los huaraches”.
Ella y su esposo justamente se dedicaron a conseguir y confeccionar la vestimenta del pequeño matlachín: huarache de tres agujeros, media roja, ataderas, calzoncillo, vestido, cotense, paliacate a la cintura, playera roja, paliacate en la cabeza y monterilla.
A su corta edad ya ha danzado en fiestas patronales en honor a la Virgen de Guadalupe, a San Judas Tadeo, al Niño Doctor y a la benefactora de su agrupación, la Virgen de San Juan.
Y también sabe moverse al ritmo de varios sones de la danza de matlachines que baila su agrupación, tales como Ladrillejos, Amor de la vida alegre, Gavilán pollero, Los huaraches, por mencionar algunos.
Es de pocas palabras y suele consultar a su mamá para responder una pregunta, si no lo hace hablando sí lo hace con la mirada…
La entrevista que ofrecía a este reportero se suspendió de forma súbita, porque sonó el tambor que llamaba a los danzantes y Brayan se retiró diciendo “bueno, ya me voy a formar porque tengo que danzar”.
José Córdova / Tropicozacatecas.com
Fotos: José Córdova