La más reciente entrega de la saga Misión Imposible, Sentencia mortal parte 1, es una trepidante y entretenida película de espionaje, la cual combina acción frenética, locaciones en varios países y espectaculares escenarios. La cinta es parte de una franquicia de casi 30 años (a su vez adaptación de una popular serie de espionaje de la tv de los años 60’s y 80’s, cuyo tema musical, creado por el argentino Lalo Schifrin, resulta inconfundible),[i] la cual se ha caracterizado, desde su primera entrega (Brian de Palma, 1996), por sus sistemas de vigilancia de última generación, algo que resulta interesante destacar ya que Sentencia mortal se enfrenta a las implicaciones de nuestra excesiva dependencia de la tecnología digital.
De hecho, la aparición de la Inteligencia Artificial (IA), como amenaza inevitable para nuestros conceptos de lo real y lo fidedigno (algo que mencionábamos en la columna pasada),[ii] dota a la película de un intrigante (y pertinente) antagonista central. Por ende, el equipo debe volver a lo básico y redescubrir los méritos de los archivos en físico, los sistemas de comunicación analógicos y las amistades personales, para frustrar el implacable algoritmo de recopilación informática de la «Entidad» que todo lo ve.
De este modo, Tom Cruise vuelve a interpretar a Ethan Hunt, un espía entrado en años al que se le encomienda la tarea de encontrar la llave (literalmente) de la computadora central de la IA. Resulta interesante ver que el informe de su misión es refrescantemente discreto, oculto en una entrega de comida al estilo de Uber Eats, la cual contiene una cinta de mini–casete de la «vieja escuela» y varias fotografías impresas. Lo anterior es un guiño a la serie de televisión original y un retroceso a la era pre–digital del espionaje de la Guerra Fría, muy lejos de las innovaciones tecnológicas de los anteriores filmes de Misión Imposible, así como un primer indicio del valor intrínseco de los objetos y métodos tradicionales de los espías.
Con los sistemas de información basados en la nube desarrollando vulnerabilidades, y causando estragos en la seguridad mundial, los gobiernos y las agencias de inteligencia deben recurrir a herramientas vintage para crear registros físicos: la humilde máquina de escribir —un pilar de las películas de espionaje del siglo XX— reaparece, generando montañas de papeleo, mientras las autoridades intentan preservar datos ultrasecretos, ahora en riesgo por la conectividad en línea.
Así, el valor perenne de la tecnología aparentemente obsoleta es un tema clave en Sentencia mortal, a pesar de la reputación de la franquicia por sus inventos de alta tecnología: en un momento dado, un satélite analógico, donado anteriormente a una estación meteorológica, es reapropiado por una sala de control de operaciones, lo cual permite que la vigilancia continúe «fuera de línea», lo que también indica hasta qué punto las tecnologías militares han sido asimiladas en la vida pública y civil.
Además, el encendedor que Hunt utiliza a lo largo de la película, como señal de identidad, es una pieza incongruente para un no fumador empedernido: recuerda al famoso encendedor de George Smiley en la clásica novela de John Le Carré, Calderero, sastre, soldado, espía, símbolo de los defectos demasiado humanos del personaje,[iii] aunque en este caso, el Zippo de Hunt es una insignia de su ingenio.
Asimismo, la capacidad humana de cometer errores, actuar de forma ilógica y pensar de forma creativa da al equipo una oportunidad para ser más astuto que la máquina: la amistad y la lealtad demuestran ser tanto una debilidad como una fortaleza, cuando se intenta ir un paso por delante de las calculadas manipulaciones de la «Entidad».
Desconectados de los sistemas informáticos, Hunt y su equipo deben redescubrir sus vínculos de la vida cotidiana: se ven obligados a confiar en las decisiones emocionales de los demás —con todos los defectos, incoherencias y contradicciones que ello conlleva— para salir adelante. En última instancia, es la capacidad de misericordia de Hunt la que le da un giro metafórico a la situación y (por ahora) le permite retomar el control de la narrativa.
Es pertinente notar que Misión Imposible: sentencia mortal parte 1 se ha estrenado con el telón de fondo de la transición de Twitter, de una plataforma social eficaz, a una sombra de sí misma llena de fallos.[iv] En efecto, el filme aboga por encontrar formas alternativas, fuera de los dispositivos «siempre en línea», para construir y alimentar las relaciones, al señalar los límites de las redes digitales y el valor de las conexiones humanas.
Finalmente, al llamar la atención sobre la herencia tecnológica de las máquinas de escribir, las cintas de casete y los satélites analógicos, la película también reconoce su propio lugar en el género del espionaje: Misión Imposible lleva casi 30 años de ser un fenómeno cultural (¿cuántas veces no se ha parodiado-homenajeado el robo de la lista NOC[v] en la sede de la CIA del primer filme?)[vi] y, aunque aparezcan nuevas franquicias de espionaje, ésta aún permanece vigente.
- Misión Imposible: sentencia mortal parte 1 actualmente se encuentra en exhibición en las salas de cine
- Todos los filmes anteriores de Misión Imposible se encuentran disponibles en HBOMax.
REFERENCIAS
[i] https://www.youtube.com/watch?v=32rfy7pD_VE
[ii] https://tropicozacatecas.com/2023/07/16/axis-mundi-cuales-son-los-riesgos-reales-de-la-inteligencia-artificial/
[iii] https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20201214/siete-novelas-recomendadas-john-le-carre-11386168
[iv] https://www.bluradio.com/tecnologia/elon-musk-el-motivo-de-la-decadencia-de-la-red-social-twitter-cb20
[v] https://missionimpossiblefanon.fandom.com/wiki/NOC_List
[vi] https://www.youtube.com/watch?v=nxtKEMkIc4s
Carlos Hinojosa*
*Escritor y docente zacatecano