«Quizá toda la culpa la tenga la revista Duda, pues en sus páginas aparecían los casos más insólitos. Claro, tomen en cuenta que era en época preinternet, en donde la información no circulaba como ahora. El contenido de la revista estaba basado, supuestamente, en bibliografía seria. Recuerdo algunas de las revistas como si las estuviera leyendo ahorita: una pareja que fue abducida por los extraterrestres; el hundimiento del Titanic fue vaticinado por clarividentes; el mundo de los sueños como un lugar más real que la vigilia; el rastro de los extraterrestres en la historia; los hombres de negro, el área 51; la Luna, ¿base de extraterrestres?; la Tierra es hueca, etcétera, etcétera, etcétera».
Joselo Rangel (Café Tacvba)
Como bien saben los amables lectores, durante las últimas tres décadas del siglo XX, la cultura popular mexicana vivió un auge editorial que combinó curiosidad científica, fascinación por lo desconocido y un indudable espíritu lúdico. Entre las publicaciones que encarnaron esta mezcla única, destaca «Duda, lo increíble es la verdad», revista pionera que, entre la década de 1970 y la primera mitad de los años 80, logró penetrar profundamente en el imaginario colectivo de varias generaciones.
«Duda» nació bajo el sello de Editorial Posada, un proyecto editorial mexicano con gran olfato comercial y sensibilidad cultural,[i] a cargo de todo un personaje de la izquierda y la contracultura en México, Guillermo Mendizábal Lizalde, uno de los creadores del cómic de culto por excelencia, «Fantomas, la amenaza elegante»,[ii] para la legendaria Editorial Novaro.[iii]
La propuesta de «Duda» consistía en un formato híbrido con la narración gráfica (cómic) como vehículo de divulgación, y un enfoque temático que cruzaba frontera tras frontera: la ciencia de vanguardia, los enigmas históricos, las creencias religiosas heterodoxas y los fenómenos paranormales. El lema de la publicación, «Lo increíble es la verdad», sintetizaba bien su espíritu: la convicción de que la realidad es más sorprendente de lo que aceptan los paradigmas convencionales.
De esta forma, el contenido de la revista se organizaba en reportajes ilustrados por geniales dibujantes como Rubén Lara «Cosme», Luis Chávez Peón y Antonio Cardoso (creador de uno de los mejores cómics de aventuras en México, «Torbellino»),[iv] casi siempre elaborados con un estilo narrativo accesible y didáctico. Entre sus tópicos predilectos se contaban:
- Personajes legendarios y controvertidos: la publicación exploró exhaustivamente la figura de Nostradamus, atribuyéndole profecías que abarcaban desde el auge de Hitler hasta la amenaza nuclear; Rasputín, el «monje maldito» que fascinó y aterrorizó a la corte zarista; Aleister Crowley y Helena Blavatsky, considerados exponentes del ocultismo occidental moderno, así como la figura de Adolfo Hitler, interpretada en ocasiones a través de hipótesis conspirativas sobre su supuesta supervivencia o su relación con fuerzas esotéricas.
- El fenómeno OVNI: uno de los pilares temáticos de «Duda» fue la investigación y especulación sobre los Objetos Voladores No Identificados. La revista abordó no sólo la hipótesis extraterrestre clásica (naves de civilizaciones ajenas a la Tierra), sino que exploró interpretaciones alternativas: los OVNIs como manifestaciones psíquicas colectivas, formas de vida desconocidas que habitarían en las capas altas de la atmósfera, remanentes tecnológicos de civilizaciones terrestres extintas, o incluso como fenómenos electromagnéticos capaces de alterar la percepción humana. Esta pluralidad de perspectivas anticipó debates que más tarde adquirirían cierta respetabilidad académica en campos como la psicología de las creencias, la sociología del conocimiento y la física de vanguardia.
- Enigmas históricos y arqueológicos: «Duda» dedicó muchos números al análisis de las grandes incógnitas de la historia, desde el misterio de las pirámides egipcias y los templos precolombinos hasta los supuestos vestigios de contactos con civilizaciones alienígenas en la antigüedad, popularizados por autores como Robert Charroux, Peter Kolosimo y Erich von Däniken.
- Viajes en el tiempo y realidades paralelas: aprovechando la estética del cómic y la narrativa especulativa, la revista exploró teorías sobre universos alternativos y crononautas, temas que, si bien gozaban de poca credibilidad académica en la época, tenían la virtud de estimular la imaginación y el pensamiento crítico sobre los límites de la ciencia.
- Criptozoología: aunque para algunos resulta irrisoria, la ciencia de la criptozoología tiene una buena base de seguidores, y «Duda» le dedicó un buen número de publicaciones a esta área que aún no se ve con buenos ojos por parte de la mayoría de la comunidad académica. No obstante, aunque ciertamente no se adhiere a los métodos y estándares científicos, el apasionado interés de la criptozoología por las nuevas posibilidades y formas de vida desconocidas (como los famosos «críptidos»[v] Nessie, Sasquatch o Pie Grande,[vi] el Yeti, el Kraken o los grandes saurios de las junglas de África, Asia y América) ha logrado capturar la imaginación de muchas personas.
Debemos señalar que el éxito de «Duda» no puede entenderse sin valorar el poder del formato visual. La revista recurría a un dibujo realista, pero con gran carga expresiva, y a guiones que transformaban las hipótesis más complejas en relatos emocionantes y accesibles. En un tiempo anterior al internet y a la divulgación audiovisual masiva, el cómic se consolidó en nuestro país como un recurso educativo alternativo que acercó ideas inusuales a un público amplio: adolescentes, jóvenes y adultos ávidos de respuestas distintas.
Y aunque no estuvo exenta de críticas —algunos académicos la consideraron pseudocientífica o excesivamente sensacionalista—, «Duda» cumplió una función cultural innegable: popularizar el interés por la ciencia y el pensamiento especulativo en una sociedad que transitaba entre la modernidad tecnológica y la fascinación por lo esotérico. Aun décadas después de su auge, la revista conserva una comunidad de coleccionistas y nostálgicos que reconocen su papel pionero en la divulgación no convencional.[vii]
En retrospectiva, «Duda» puede leerse como un espejo de su tiempo en un México que combinaba tradición y modernidad, ciencia y mito, escepticismo y credulidad. En ese cruce de caminos, surgió una publicación legendaria que —fiel a su lema— demostró que, a veces, lo increíble también puede ser una forma de verdad.
- El proyecto en línea «Revistería Ponchito» ha logrado la titánica hazaña de postear 1,123 números de la revista «Duda» en su página, incluyendo algunas ediciones que se realizaron en varios países de Latinoamérica: http://revisteriaponchito.com/duda/
[i] https://radar70.blogspot.com/2017/05/breve-historia-de-la-editorial-posada.html
[ii] https://www.facebook.com/groups/mundofantomas/posts/8594946453941242/
[iii] https://www.tebeosfera.com/autores/mendizabal_lizalde_guillermo.html
[iv] https://www.facebook.com/100069002178414/videos/antonio-cardoso/1843256562616436/
[v] «Críptido»: Un término de origen griego que significa «ocultar». Se refiere a una criatura o planta cuya existencia está sugerida (por ejemplo, en cuentos populares o leyendas), pero no hay pruebas científicas de ella: https://www.dw.com/es/criptozoolog%C3%ADa-en-busca-de-lo-oculto-y-lo-desconocido/a-17583402
[vi] Sasquatch, también conocido como Pie Grande, es un críptido con aspecto de primate que, según la leyenda, habita en los bosques de América del Norte, especialmente en la región del Pacífico Noroccidental. La palabra «sasquatch» proviene de una lengua nativa americana y significa «hombre salvaje». La figura del Sasquatch aparece tanto en la mitología de los pueblos indígenas como en la cultura popular moderna
[vii] https://coleccionrevistasduda.blogspot.com/
Carlos Hinojosa*
*Docente y escritor zacatecano
