Ignacio Hierro, hombre de ciencia desvalorizado en Zacatecas


Las aportaciones que realizó individual y colectivamente en el siglo 19 para academizar en Zacatecas las ciencias físicas, naturales, médicas y minerales son meritorias para abrirle un lugar en el Mausoleo de los Hombres Ilustres del Estado de Zacatecas… pero su suerte post mortem es otra.

De poco, o tal vez de nada, ha servido que una calle en el Centro Histórico de Zacatecas y otra más en la colonia Electricista, de Fresnillo, así como una secundaria de El Mineral, lleven la denominación Doctor Ignacio Hierro.

Actualmente, su tumba está vandalizada, profanada y en el olvido por parte de las autoridades gubernamentales, no obstante que se ubica en el Panteón La Purísima, en la capital del estado, decretado el 1 de noviembre de 2017 como “Zona de Monumentos Funerarios” por la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas.

Un pequeño mausoleo de cantera rosada que está corroído por hongos y moho, mismos que generan decoloraciones difusas y puntos de tono negro grisáceo en sus muros, es la única insignia que ha recibido los restos de este personaje. Esta edificación le fue otorgada por la logia del rito masónico al que perteneció.

Impulsor de las ciencias

Dado que ninguna fuente informativa documenta a profundidad quién fue Ignacio Hierro Salgado y cuáles fueron sus aportaciones en Zacatecas, se debe iniciar una investigación propia, que contemple recorrer bibliotecas gubernamentales y públicas, entrevista a académicos y a masones y, finalmente, investigación en Internet… Los resultados pueden causar sorpresa.

De acuerdo con un artículo de Adrián González Salinas sobre la genealogía de este personaje, publicado en la edición de enero-marzo de 2015 en La Gaceta LVO, de la Sociedad Numismática de Zacatecas, en su fe de bautismo del 13 de marzo de 1833, expedida en la iglesia de La Santa Veracruz de la Ciudad de México, se establece que fue registrado con el nombre de José Ygnacio Gregorio Margarito Luiz Agustín Guadalupe de la Santísima Trinidad Hierro Salgado.

Tres libros de biografías de personajes ilustres de Zacatecas de la biblioteca de la Crónica del Estado coinciden en las credenciales con las que Ignacio Hierro llegó a Zacatecas, procedente de la Ciudad de México: ingeniero en Minas, profesor de Medicina, Farmacéutica y ensayador de metales, así como miembro del Colegio Nacional de Ingenieros.

Arribó para trabajar como profesor de la Escuela Práctica de Minas y Metalurgia, abierta en Fresnillo en 1852, hoy instalaciones del Museo Ágora José González Echeverría. En El Mineral abrió la botica llamada La Caja.

Ignacio Hierro fue director de la Casa de la Moneda de Zacatecas de 1864 a 1878, ubicada en la calle del Centro Histórico que hoy lleva su nombre y que actualmente alberga el Museo Zacatecano. Perfeccionó la industrialización de la plata, hecho que le valió ser enviado a París para traer maquinaria de vanguardia para mejorar la producción de dinero.

La investigación de Adrián González refiere que monedas del antiguo sistema colonial, tales como reales y escudos, ostentan sus iniciales: Y. H. (Ygnacio Hierro), y los centavos y pesos, sólo la inicial su apellido paterno: H.

Dos investigadores zacatecanos de la Historia han estudiado a este personaje en su faceta de director del Instituto de Ciencias, organismo que es el antecedente de la Escuela de Medicina Humana de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

En dos investigaciones con líneas de estudio distintas, José Froylán Casas Flores y Hesby Martínez Díaz coinciden en el impulso colectivo que Ignacio Hierro Salgado dio a la conformación de los gabinetes científicos de la física, química, historia natural, medicina y minerología.

En su indagación, José Froylán Casas destaca un discurso pronunciado por el doctor Hierro el 19 de enero de 1867, cuando se reabre el Instituto de Ciencias luego de que fue desocupado por la tropa de soldados galos que radicaban en Zacatecas con motivo de la segunda intervención militar de Francia.

En éste criticó el comportamiento de las huestes, mismas que destruyeron parte de las instalaciones del inmueble que ocuparon; también vaticinó el inicio de una nueva etapa en el estado y en el país, con el nuevo impulso que recibirían la educación y la investigación científica, comenta el académico.

Hesby Martínez refiere que fue socio corresponsal del periódico La Naturaleza de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, entre 1869 y 1870.

Ignacio Hierro Salgado radicó durante más de 40 años en Zacatecas. Murió de una lesión orgánica del corazón el 26 de febrero del año 1900, justo cuando recién había sido nombrado nuevamente director del Instituto de Ciencias.

Una tumba que habla

Ninguno de los biógrafos habla del lado masón de Ignacio Hierro Salgado. El único que sí lo dice y lo proyecta como tal es el monumento funerario que adorna su tumba.

De acuerdo con un libro de Registros de la Oficina Administrativa de los Panteones Purísima y Herrera, del Ayuntamiento de Zacatecas, el doctor Ignacio Hierro Salgado fue enterrado el 27 de febrero de 1900, a los 67 años de edad, en el lote 1, sin número de sepulcro, de propiedad particular y asignación a perpetuidad.

En el centro de un terreno cuadrangular de 100 metros cuadrados, delimitado en su perímetro por viejos bloques de cantera, se erige un mausoleo de cantera en forma de prisma rectangular, que mide 1.65 metros de ancho, 3.5 metros de largo y 5 metros de alto.

Los costados del mausoleo y su parte trasera tienen un cintillo bordeado de 13 estrellas doradas de cinco puntas, símbolo común de la masonería.

En su parte frontal, desde el borde del perímetro hasta la puerta del mausoleo, tiene una escalera de tres peldaños, misma que, de acuerdo con el libro El Simbolismo Masónico, de Jules Boucher, representan las tres cualidades que debe adquirir un masón para obtener la luz de la verdad: fuerza, belleza y candor.

Por encima de la puerta hay figuras en relieve, entre las cuales se destaca un sombrero de maestro masón en forma triangular, que, a su vez, es la base de un triángulo equilátero invertido. Ambas figuras también forman un reloj de arena. En estos triángulos están labradas las letras griegas alfa y omega… Este conjunto de símbolos también tiene su explicación en la masonería.

En los costados oriente y poniente del triángulo invertido superior hay un par de alas, lo que, de acuerdo con Jules Boucher, significa que Ignacio Hierro Salgado fue grado 33 de la masonería, el más alto que tiene el Rito Escocés antiguo y aceptado.

En la fachada del mausoleo también destaca el tallado de dos palabras mayúsculas de griego clásico: “ΕΙΡΗΝΗΣ  ΧΩΡΟΣ”, que se traducen como “ESPACIO DE PAZ”.

La parte superior del mausoleo tiene los muros de mármol. En su lado frontal se leen las insignias “FAMILIA    YGNACIO HIERRO    MDCCCLXXXVI”.

Al consultar esta última información con un masón que dejó de estar afiliado a una logia, también llamado masón en sueños, quien solicitó el anonimato, refirió que la fecha en números romanos de 1886 podría deberse al año en el que fue iniciado como miembro de su logia materna, por eso también la palabra “FAMILIA”.

En el abandono

En la tumba de Ignacio Hierro también se observan descuido, abandono y desinterés de las autoridades gubernamentales y de la Máxima Casa de Estudios, así como de las logias masónicas.

Sobre el techo del mausoleo crece la hierba. La puerta de fierro de éste ha sido grafiteada y su chapa fue vencida; en el lugar donde iba ésta hay un pequeño agujero maltrecho por el que cuelga un trozo de alambrón.

Día y noche permanece medio abierta, por lo que en su interior puede observarse que existe un piso inferior a 2.5 metros; en éste hay ocho nichos distribuidos en un cuadrante. Sólo uno está ocupado, el del doctor Hierro.

Al interior también se observa un muladar con basura diversa. Entre los objetos identificables a simple vista pueden señalarse un sostén (brasier) blanco, un empaque de cerveza de barril, un envase de cerveza oscura, envases rotos de vidrio de refresco, envases de plástico de agua mineralizada, de refresco y de jugos, un balón de futbol soccer ponchado, ropa deportiva y de mezclilla.

Además, se ven pedazos de la fachada de mármol de la lápida de Ignacio Hierro, entre los que se distingue el número 1900 (que hace alusión a su fecha de muerte).

Sobre la situación de esta tumba, Enrique Guerra de Luna, administrador de la Oficina de Panteones Herrera y Purísima, refirió que el vandalismo es fortuito en los monumentos funerarios, por lo que su cuidado compete a los familiares.

Aportaciones desvalorizadas

El doctor en Historia José Froylán Casas considera que, de acuerdo con la Ley para honrar la memoria de las personas ilustres del Estado de Zacatecas, vigente desde el 28 de mayo de 1978, Ignacio Hierro reúne el perfil para ser reivindicado y que sus restos se depositen en el Mausoleo de Personas Ilustres de Zacatecas.

En función de esta legislación, comentó, el personaje cumple los criterios 2, 3, 4, 6, y 7, mismos que establecen como perfil el destacar en la administración pública, en la investigación científica y hacer actos extraordinarios para el bien del Estado.

Para el investigador, quien en su tesis doctoral abordó aspectos sobre este hombre de ciencia, quizás dos factores no obraron a favor de Ignacio Hierro para llevarlo a un reconocimiento post mortem: el primero, que su trabajo se realizó en la administración presidencial de Porfirio Díaz, a quien los primeros gobiernos postrevolucionarios trataron de olvidar.

El segundo factor es que la ciencia y sus aportaciones han sido desvalorizadas por los gobiernos, por los políticos “y por la gente del poder”, expuso.

Lo cierto es que, pese a sus aportaciones en la difusión e impulso de las ciencias físicas, naturales, médicas y minerales en el siglo 19, su nombre sólo resalta por la inscripción de su nombre en dos calles y una secundaria, y no figura al lado de Francisco García Salinas, Genaro Codina, Enrique Estrada, J. Jesús Aréchiga, Luis Moya o Manuel Caloca, entre otros personajes ilustres.

Carlos Triana / Tropicozacatecas.com

Fotos: Erik Flores y Hesby Martínez Díaz (Cortesía)

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