El “Consenso del Hotel Sevilla” parece quebrarse. La emergencia de recursos para el pago de la nómina magisterial zacatecana dividió a la clase política que antes había logrado un sustancioso acuerdo de unidad. En voz del gobernador Alejandro Tello Cristerna, la sociedad conoció un panorama crítico en el ámbito educativo ante la falta de un fondo de compensación que anualmente se destina para el pago de salarios y prestaciones de casi 10 mil maestros en la entidad.
De acuerdo con la versión del mandatario, hacia el cierre de este 2018 el gobierno del Andrés Manuel López Obrador no ayudaría a los estados con la transferencia de recursos correspondientes, lo que degeneraría en una parálisis de los servicios de educación. El llamado de alarma encendió las luces rojas de la oposición, que se replegaron inmediatamente a la defensa del Ejecutivo Federal.
Los discursos fueron diversos. Los hubo más mesurados como el del diputado federal Alfredo Femat Bañuelos, quien invitó al mandatario estatal a distinguir el problema detrás de la falta de presupuesto. Según el líder del Grupo Universidad, en realidad quien desconoció un compromiso anteriormente alcanzado fue el ex secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya.
Para concluir los compromisos fiscales del año, dijo el legislador del Partido del Trabajo, existió temporalmente un acuerdo con el gobierno en inanición de Enrique Peña Nieto. El objetivo era etiquetar alrededor de 800 millones de pesos, de los cuales 250 millones irían al fondo compensatorio de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y el resto lo manejaría el gobierno del estado para el pago de salarios y prestaciones magisteriales.
El convenio no se ejecutó como se había estipulado entre las partes, dejando sin suficiencia los fondos necesarios para el magisterio zacatecano. Por ende, el llamado desde el PT fue nuevamente a la integración de fuerzas que hasta ahora habían mostrado solidez y peso político frente a las señales de incertidumbre del nuevo gobierno federal.
No así desde la Regeneración Nacional, quienes construyeron, en dos frentes, la narrativa de la opacidad y el dispendio como subproductos de la campaña del partido para conquistar el poder en el estado en las elecciones del 2021.
El grupo de los “históricos”, encabezados por el exdiputado Luis Medina Lizalde, se afianzaron en defender la conquista de los derechos de los trabajadores del magisterio, los cuales incrementaron de manera irregular durante el sexenio del gobernador Ricardo Monreal Ávila, pues las prestaciones no tenían respaldo presupuestal alguno.
La información que diera a conocer el día de ayer el periódico La Jornada Zacatecas apunta en esa dirección: “… una gran diversidad de prestaciones que trajeron consigo un caos administrativo y financiero en la mayoría de los estados, especialmente en Zacatecas donde el gobierno de la entidad cedió una quincena extra por el Día del Maestro, 90 días de aguinaldo, pago de permisos económicos no disfrutados, prerrogativas económicas a líderes por la firma de las minutas respectivas, entre otras.
“Es decir, lo que en el fondo era una oportunidad de inversión estatal a través de la concurrencia para invertir en programas de mejora, o de operación, se transformó en negociaciones perversas y fuera de orden…” apuntó ese diario.
La resistencia del gobierno federal a incrementar el gasto educativo en Zacatecas derivó precisamente de que dicho presupuesto tuvo como fin el dispendio en servicios personales (nómina) y no en los programas de formación para los que estaba destinado. Un conflicto similar al del presupuesto universitario, el cual se perdió en el pago de nuevas plazas y la consecuente deuda patronal de las prestaciones ante los institutos de seguridad social, pues los recursos se utilizaron para engrosar la nómina.
La versión de Luis Medina luego fue confirmada por el dirigente Fernando Arteaga Gaytán, quien llamó al Gobierno del Estado a suprimir la reasignación de las Herramientas Legislativas del paquete presupuestal 2019; una agenda que viene arrastrando la división del partido.
No hubo un llamado a la bancada de Morena, sino una postura coyuntural para recargar el fracaso de la eliminación de las Herramientas Legislativas al Gobierno del Estado, cuando en realidad la conquista del exdiputado se perdió en manos de los legisladores de su partido en la LXIII Legislatura.
Al no responsabilizar a los diputados de casa ni a quienes califican como “arribistas” (los Monreal), paradójicamente los “históricos” juegan hoy como el frente crítico del híbrido en Morena. El colectivo lo complementa el frente propagandístico dirigido por el fresnillense Héctor Adrián Menchaca Medrano.
Sin pruebas -como es la costumbre de David Monreal Ávila en cada elección- dejaron correr el supuesto de que el dinero faltante para el pago a los maestros “fue jineteado” por la Secretaría de Finanzas de Jorge Miranda Castro, cuando en realidad la federación nunca lo entregó, hecho que luego confirmó el diputado Alfredo Femat al señalar incumplimiento de convenios en la SHCP.
Un polvorín que muy probablemente el Gobierno del Estado hubiera evitado al retomar la vigencia del “Consenso del Hotel Sevilla”, pues era su referente político inmediato en el contexto de la negociación presupuestal para el estado. ¿Es tarde para la reintegración de fuerzas políticas?
#Coincidencias: En la normalidad de un grupo minoritario, el Partido Acción Nacional en Zacatecas asistió este fin de semana a las urnas a renovar su dirigencia local. La mayor cantidad de militantes que se le conoció en la entidad fue en el año de 2014, con 5 mil 56 de estos.
Hace unos días, el PAN llevó a 3 mil 491 de sus 4 mil 500 afiliados a los centros de votación donde refrendaron la presidencia de Noemí Berenice Luna Ayala. Con apenas mil 167 sufragios -lo cual no resulta excepcional para un partido cerrado- los panistas legitimaron el triunfo.
A la altura de un partido local, pues su número de militantes no excede los 5 mil registros, el PAN se ha adaptado a su modelo de partido bisagra después de doce años de poder presidencial. Fue de esa manera en la que conformaron su vida en minoría, pero con resonancia nacional.
La última elección dejó saldos positivos después de la campaña de Ricardo Anaya Cortés. El diputado José Isabel Trejo Reyes se sostiene al frente de la organización política sectaria. La única ocasión que “Pepe” Pasteles ganó la presidencia del partido (ahora lo intentó vía la candidatura de Arturo Rodríguez Rivera) fue con la complacencia de Chabelo Trejo.
En la medición de fuerzas Leonel Cordero Lerma encontró mejores condiciones de negociación con Trejo Reyes. Ahí se selló el destino de Arturo Rodríguez.
Twitter: @GabrielConV
Gabriel Contreras Velázquez*
*Analista político
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