Caballo de Troya: Un pliego petitorio para Ricardo


La reunión no trascendió más allá de sus puertas. En el 135 de la avenida Reforma, en la Ciudad de México, se dieron cita los diputados Omar Carrera Pérez y Héctor Adrián Menchaca Medrano. Esperaban ansiosos al coordinador de senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila. La comitiva la completaban Simón Pedro de León Mojarro, Enrique Laviada Cirerol y Cuauhtémoc Calderón Galván. Los temas en la mesa: la designación de delegados en Zacatecas y el desplazamiento de Jesús Padilla Estrada como coordinador de la bancada local de Morena.

El viernes 8 de marzo no hubo fotos para presumir la “fortaleza” del “equipo”. Algunos asistentes a la reunión con el jerarca de la familia fresnillense incluso apagaron sus teléfonos por la tarde tras los tirones exhaustivos. Sus acuerdos transitaban en el hermetismo, pues los demandantes creían cargar el suficiente capital moral y político frente a su maestro y creador.

Menchaca, Laviada y Carrera no quitaron el dedo del renglón: la cabeza de Chuy Padilla y convocar a un cónclave para elegir al nuevo dirigente de la fracción. Cuauhtémoc pujó por su delegación, el único motivo que lo hizo abandonar las filas del Verde Ecologista por segunda ocasión. Los cuatro coincidieron en que, además, Ricardo debía otorgarles nombramientos de embajadores políticos en los municipios, para así representar su valía ante las fuerzas políticas locales.

Pedro de León no tuvo mayor problema, cualquier acuerdo era bueno. Las pesquisas por la Estafa Maestra lo acorralan y no está en posición alguna de exigir nada, por el contrario, la benevolencia de Ricardo lo condiciona a una disciplina irrestricta. El mensaje llegó a través de Horacio Zaldívar. Lo sabe, y consciente juega dentro de su margen de supervivencia.

El carácter de Laviada, ya conocido entre la clase política y el gremio periodístico, no le alcanzó a la hora de imponer criterios y darle fortaleza a su pliego petitorio. Aún así hizo presente su peculiar histrionismo. No lograron su objetivo: una especie de ruptura entre David y Ricardo, estimulada por la idea de que uno bloqueaba al otro para otorgar delegaciones a diestra y siniestra.

Pero esto no es un certamen meritorio, es política. Probablemente por ello se le ha visto poco a Cuauhtémoc Calderón en los eventos que organiza David Monreal. De acuerdo con los testigos, en buena medida su aportación ha sido en especie. Las mesas del estrenado Gran Sonora se han convertido en centros de reunión y trabajo del “equipo” del pre-precandidato. Los golpes mediáticos a Miguel Alejandro Alonso Reyes le vienen más de gusto (vieja rencilla personal) que de tarea.

Como se ha dicho aquí anteriormente, en la cuadrilla de David el nerviosismo y la incertidumbre inundan los ánimos. En poco tiempo han abierto un sensible frente de confrontación por la creencia de que merecen un espacio en el Gobierno Federal. Si antes existía una mínima garantía de que los quejosos alcanzarían carteras, con un conflicto de ese tamaño sus posibilidades casi que se esfuman.

Según fuentes internas de los de David, el pleito entre Verónica Díaz y Caty Monreal incluso trascendería a una agenda mediática para dar a conocer las sospechas de corrupción que arrastran algunos delegados territoriales. Enriquecimiento inexplicable, “moches” (en dinero o especie) a cambios de programas sociales, maquillaje de declaraciones patrimoniales, y todo un compartimento de irregularidades que terminarían de deslegitimar a la cuñada-delegada.

De ahí la urgencia de Norma Julieta del Río Venegas para sacudir la comunicación social de Verónica Díaz. La todavía comisionada es quien más ha insistido en cambiar la pasmosa imagen de la Secretaría de Bienestar en Zacatecas, molesta con la “prensa crítica” o “prensa no amiga” tras las informaciones que retratan la pésima toma de decisiones de su comadre Verónica.

Carga con su desesperación desde el mes de diciembre cuando, molesta por una posada “mediocre” con los medios de comunicación, organizada por Gerardo Flores, el ex corresponal de MVS Noticias no respondió a la lista de invitados que ella había diseñado para David Monreal. A partir de entonces, no deja pasar oportunidad de recordarle a Verónica el inconveniente de mantener a Gerardo al frente de esa área.

Es así como palmo a palmo, las líneas de defensa de David comienzan a quebrarse. Pese a ello, no hay trazos de intranquilidad en el Senado de la república. El mensaje del pasado viernes fue muy simple (a la vez difícil de entender el por qué les cuesta tanto asimilarlo): el que está, está para obedecer. Nadie ni nada por encima de Ricardo, David o “Caty”.

Por cierto, el gran ausente en aquella reunión y sus temas fue Saúl Monreal Ávila. El aviso para él llegó antes: no te distraigas, trabaja tu municipio. Por ello mantiene sigilo -no sin disgusto- ante la noticia temprana de cómo se organizan comités “monrealistas” para promover a su hermano David al 2021.

#Casualidades: Y mientras el rompecabezas de David parece quedar incompleto, los de enfrente hacen como que hacen oposición. La historia de “los históricos” cada día palidece más de contenido político.

Inmersos en tertulias y “Asambleas Informativas”, viven en condición de espectadores de la Cuarta Transformación. Sin un papel decisivo, han tolerado lo que llaman el “vil acaparamiento” de las filas de Morena por parte de una facción.

Lejos quedaron de las delegaciones y de la representación en la Legislatura. El único espacio que los mantiene vigentes es la multiplicación de la doctrina en los municipios. En sus manos hay importantes hallazgos de corrupción que no han traducido en manifiestos públicos.

La última controversia que animaron fue la que exigió al Instituto Electoral del Estado de Zacatecas que nombrara a Gerardo Espinoza Solís y Gustavo Jasso Hernández representantes de Morena ante el Consejo General del órgano electoral.

Cuatro impugnaciones en ese sentido les fueron negadas. Una quinta vendrá a mostrarles la inevitable realidad: el Comité Ejecutivo Nacional de Morena nombrará a los representantes que le vengan en gana ante el IEEZ; y esos representantes se darán a la tarea de registrar las candidaturas que guste en el 2021.

El fracaso de “los históricos” se repetirá ahora como comedia.

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Gabriel Contreras Velázquez*

*Analista político

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