El Jueves Santo une a las familias de Las Lajas, Ojocaliente


OJOCALIENTE. Para los habitantes de Las Lajas, una comunidad ubicada al noreste de Ojocaliente, el Viacrucis, la Gloria y la Resurrección no lo son todo en los llamados días santos de la cuaresma, el jueves también es un día que guarda simbolismo.

Por la tradición que se arraiga desde hace décadas, incluso este día podría ser el más importante del cierre de cuaresma, pues por las actividades que se realizan no sólo se reúnen las familias sino que regresan los que se fueron pero nunca se desconectaron de su terruño.

En jueves santo, los habitantes de esta comunidad preparan condoches y gorditas de horno para llevarlos a bendecir, como un acto de fe y diálogo con las deidades católicas a fin de solicitar que no falte el pan en las mesas de los hogares de los lugareños.

Lo llevan a bendecir

Son alrededor de 100 viviendas las que conforman la comunidad Las Lajas y este día la mayoría de las familias que viven en este lugar prepararon gorditas de horno de comida y condoches para llevarlos a bendecir.

En la comunidad le llaman a este acto La bendición del pan y consiste en que las familias, con sus integrantes desde niños hasta abuelos, participan en la preparación de gorditas rellenas de comida y de sabor de dulce.

En canastos de hoja de palma los trasladan hasta el templo de San Francisco de Asis, de la comunidad, en donde el sacerdote realiza la bendición de la comida.

Cargando sus canastos, los habitantes regresan a sus casas y comen las gorditas ya bendecidas en combinación con otros alimentos propios de la temporada cuaresmeña, tales como nopalitos rayados y cosidos, torrejas, lentejas, chiles rellenos.

Incluso hay quienes guardan una o dos piezas de condoches o gorditas en la cocina del hogar, a fin de que la bendición permanezca todo el año.

Buscar tesoros

Por el relato oral, hasta hace unos años, en jueves y viernes santos los habitantes de las lajas salían con antorchas o linternas en mano y recorrían calles de terracería, terrenos baldíos y los lugares aledaños a la demarcación.

Había la creencia que esos dos días se podían encontrar un tesoro monetario, según refiere Felipe Gallegos, uno de los lugareños que años con años en conjunto con su familia participa en La bendición de los panes.

Pero desde hace unos años los habitantes de Las Lajas simplemente dejaron de buscar tesoros y, con ello, se perdió este elemento tradicional que formaba parte de los días santos, relata.

El relato llega hasta ahí porque Felipe irrumpe el dialogo para darle una senda mordida a un condoche que tiene entre manos, mismo que ya recibió la bendición con agua bendita y el rezo del sacerdote.

José Córdova / Tropicozacatecas.com

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