NORIA DE ÁNGELES. En el sureste de Zacatecas existe un vetusto testigo que puede dar cuenta de cómo se ha tejido la historia de esta entidad.

Lo mismo podría hablar sobre la existencia de descendientes de poblaciones de la Gran Chichimeca en esta región, o bien de la prominencia que ofreció la mina Real de Ángeles a la Corona Española, aunque también podría dar cuenta sobre el periodo de la Independencia y de la Revolución mexicana.

Se trata del templo San Nicolás Tolentino, ubicado en el poblado Real de Ángeles, adherido a Noria de Ángeles, mismo que este 3 de mayo celebra 300 años de existencia.

Sus inicios y apogeo

Producto de la ruta de evangelización que tenía la orden agustina, en 1719 fue construido a base de lodo y piedra caliche, que abundaba en la región, un lugar para venerar a San Nicolás Tolentino.

Su sede fue el poblado Real de Ángeles y en sus inicios sirvió como ayuda de parroquia de Pinos (Zacatecas) y Asientos (hoy de Aguascalientes), dada la relativa cercanía que tenía con ambas demarcaciones.

Según una investigación realizada por Jaime Adair Espinosa Mora, protector del Patrimonio en Real de Ángeles, al poco tiempo de funcionar como parroquia, logró una “imposición propia” bajo la jurisdicción eclesiástica de Pinos y de Salinas Hidalgo (hoy de San Luis Potosí)

Las pinturas novohispana que hoy en día se conservan y además se exhiben en los muros de este templo fueron auspiciadas en tiempos de Don Antonio Palencia de Bustamante, quien inició la actividad minera en Real de Ángeles.

En 1760, con la llegada a esta región del gambusino Agustín Ruiz de la Peña, este poblado logró destacar a nivel mundial como el más prominente de la Corona española y con ello también devino un crecimiento del ámbito religioso.

Testigo de la historia

El templo de San Nicolás Tolentino también tuvo participación en el periodo de la Independencia de México, cuando en 1812 el presbítero José Guadalupe Díaz participó en el levantamiento insurgente que un par de años antes inició Miguel Hidalgo y Costilla.

Espinosa Mora refiere que en el periodo de la Revolución mexicana este inmueble fue testigo de cómo Real de Ángeles quedó derruido y prácticamente deshabitado.

Así también comenta que en el periodo de la Guerra Cristera, mismo que inició en 1926, este templo fue custodiado por las tropas federales para impedir que se oficiara el culto religioso.

En esta visión cronológica, el edificio religioso fue destruido en la década de los setentas del siglo anterior y fue mudado, al igual que todas las viviendas, dos kilómetros al suroeste, lugar que hoy tiene actualmente.

Una cruz que baja del cerro

Hoy por la mañana el cielo azul de suroeste de Zacatecas escuchó cuetes que tronaron por los cielos, el sonido anunciaba manteles largos en el templo San Nicolás Tolentino.

El fervor religioso y la identidad social que ha permeado en favor de este templo, motivó la movilización de peregrinos que fueron a visitarle desde Villa González Ortega y de comunidades de Villa Hidalgo, Pinos, Loreto y del propio Noria de Ángeles; así también de Asientos, Aguascalientes.

En el lugar les esperaban celebraciones religiosas, danzas tradicionales, cabalgata charra, charreadas y pirotecnia.

En este día, como lo hacen cada 3 de mayo, los pobladores del Real de Ángeles, sus peregrinos y los visitantes también veneran a una cruz que baja de la capilla Santa Cruz del Manto, ubicado en el Cerro de la cruz, a un kilómetro del templo de San Nicolás Tolentino.

De acuerdo a una tradición de este lugar, desde el pasado 20 abril, la cruz salió de su capilla e inició un peregrinaje de 13 días para llegan al inmueble religioso que hoy se encuentra de plácemes.

Las calles de tierra de esta comunidad, mismas hoy fueron concurridas de automóviles, personas y caballos, representan una notoria evidencia de que Real de Ángeles y San Nicolás Tolentino son el vivo testimonio de una demarcación que con un suntuoso legado histórico.

José Córdova / Tropicozacatecas.com

Fotos: José Córdova

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