Resguarda alameda la grandeza histórica de Guadalupe, Zacatecas


GUADALUPE. En el corazón del Pueblo Mágico de Guadalupe hay 10 antiguos gigantes que vigilan y resguardan los edificios, plazas, calles y jardines que datan del periodo colonial.

Desde sus 20 metros de altura, a veces confabulan con el viento para moverse y vigilar lo que ocurre a su entorno, pero también para fortalecer sus raíces, mismas que besan la tierra de esta demarcación desde hace por los menos 128 años.

Dos fresnos y ocho pirules son especies arbóreas de las más antiguas que se conservan en el centro de Guadalupe, mismas que están acantonadas en la Alameda Lic. Adolfo López Mateos, un espacio público que data su construcción al gobierno presidencial de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.

Desde finales del siglo 19, este lugar, ubicado a una cuadra del Museo de Guadalupe, ha sido un fiel testigo de cómo se ha registrado historia y a la vez configurado el desarrollo de esta municipalidad.

 

Las vías del tren

La primera obra urbana que se registró en el este lugar, hoy ubicado en la calle Alameda de Guadalupe, Zacatecas, es un tren de vía angosta que del año 1885. Arribó en el gobierno de Epigmenio González.

Procedente de lo que hoy es la avenida José María Rodríguez, la vía del tren llegaba hasta donde hoy se encuentra el quiosco de esta municipalidad. Ahí mismo tenía un cambio de vía para su retorno.

Víctor Manuel Ramos Colliere, grabador y promotor cultural, refiere además que el trazado original de esta obra de comunicaciones contemplaba llegar hasta Trancoso, pero nunca fue concluida como tal.

La historia tiene claroscuros en el momento en el que inició, como tal, la Alameda… pues el dato más fidedigno que se tiene registrado al respecto es en el año 1891, cuando Epigmenio, la menciona en un informe de actividades.

Ramos Colliere, quien fue Cronista y director del Archivo Municipal de Guadalupe, refiere que hay un dato de ese año en el que el entonces alcalde menciona que “comprarán terrenos para ampliar la alameda”, a razón de un costo de 400 pesos que serían pagados en mensualidades de 50 pesos.

 

 

Porfirio Díaz y las alamedas

El concepto de movilidad urbana que adoptó el gobierno de Porfirio Díaz ponderaba, entre otros aspectos, generar espacios públicos para que las personas caminaran y disfrutaran de los entornos.

En el porfiriato hubo remodelación y construcción de alamedas en diferentes ciudades y regiones del país y todas tenían el mismo concepto: espacios que se pudieran disfrutar caminando, comenta Ramos Colliere.

En el caso de Guadalupe, una vez que se tuvo posesión de los terrenos contiguos al ferrocarril y a fin de ampliar la Alameda, se derribó la antigua Hacienda del Refugio, misma que se ubicaba en derredor de lo que hoy es la glorieta de la alameda, con una amplia extensión sobre la calle Constitución.

El embellecimiento de la alameda motivó que en este lugar, donde hoy se ubica el edificio de Funerales Hernández, los gobernantes de la primera mitad del siglo 20 tuvieran la sede de la presidencia municipal.

El trazado de este espacio público fue oriente a poniente, refiere el grabador y promotor cultural, “ es el mismo que existe actualmente: de la calle Alameda continúa a la 1910 y hasta terminar en el cruce de la calle González Ortega.

Se sabe que en sus inicios, este espacio público tenía jardineras a ras de suelo, pero con el tiempo fueron modificadas como parte de las remodelaciones que se realizaron.

Paseo Doctor Aurelio Padilla

De acuerdo a los registros del Archivo Histórico de Guadalupe, a finales de la década de los 20’s del siglo anterior la alameda llevó el nombre de “Paseo Doctor Aurelio Padilla”, en honor a este médico y director del hospicio para niños de Guadalupe, uno de los pocos sobrevientes a una epidemia de tifo que hubo en varios municipios de Zacatecas a finales del siglo 19.

Hacia el año de 1964, la alameda tuvo una remodelación, en la que se le instaló un busto de cantera de Francisco I. Madero, mismo que aún se conserva y se encuentra sobre el acceso que está frente a una radiodifusora.

En el acto se colocó una placa en la que se decretó que llevaría el nombre de Alameda Lic. Adolfo López Mateos, en honor a las obras auspiciadas para su embellecimiento por el entonces presidente de la República.

En los años 2000 y 2001, este espacio fue objeto de una remodelación en una obra en dos etapas, en la que se sustituyó mobiliario y la misma estructura del quiosco, obras que fueron inauguradas por Ricardo Monreal Ávila, Laura García Medina y Renato Rodríguez Domínguez, gobernador y alcaldes municipales respectivamente.

Y en el año 2005, en la administración municipal de Clemente Velázquez Medellín, se realizó un cambio de pavimento central a este lugar.

Un lugar con grandeza

Sus arboledas monumentales que resaltan a hasta en un diámetro de 500 metros y sus buganvilias que cobijan las pláticas de quienes gozan frecuentar este lugar, han dado a la Alameda Lic. Adolfo López Mateos la posibilidad de ser una parte innegable de la grandeza histórica de Guadalupe.

Desde el año 2010, este lugar forma parte de la zona de amortiguamiento del nombramiento de Patrimonio Mundial que se confirió al Excolegio apostólico de propaganda fide, hoy convento y museo de Guadalupe.

Así mismo, desde el año pasado con el nombramiento de Pueblo Mágico que la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal designó a esta municipalidad, la Alameda Lic. Adolfo López Mateos refrenda su vocación con la preservación de los usos y costumbres de esta población.

Así lo considera Víctor Manuel Ramos Colliere, quien identifica dos factores que hay en este lugar y van con el nombramiento de Pueblo Mágico: las bolerías que hay sobre la calle Alameda y la venta de tunas que también se realizan en esta arteria esquina con Constitución.

La próxima vez que transite por este lugar, tenga en cuenta que 10 antiguos gigantes vestidos de pirul y fresno le acompañarán en su caminar y harán más cálida su estancia… pero también que están en condiciones de contarle cómo ha sido la historia de esta municipalidad.

José Córdova/ Tropicozacatecas.com

Fotos:

  • José Córdova,
  • Colección Gonzalo Cruz Guardado, 12 de diciembre de 1922, Salvador Romo,
  • Víctor Manuel Ramos Colliere

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