OJOCALIENTE. Ubicado sobre la calle López Mateos, la principal de la comunidad Las Lajas, Ojocaliente, volvió a cobrar vida un edificio que por años fue la Casa del Maestro.
En sus cuatro muros, este inmueble que por años aprendió el valor de la enseñanza al ver cómo preparaban clases los maestros de la primaria Adolfo López Mateos, hoy tiene la responsabilidad de resguardar el patrimonio cultural de un pueblo.
Desde hace cuatro años, un grupo de ciudadanos que tomaron conciencia del valor histórico y cultural que tiene su localidad, decidieron crear el Museo Comunitario Las Lajas con la finalidad resguardar los elementos y personajes que son inherentes a su identidad social.
Este lugar es uno de los cinco museos comunitarios que han sido creados en Ojocaliente, con lo que se proyecta al municipio como el que más iniciativas de este tipo tiene en el estado.
Una comunidad de campesinos
Las Lajas, Ojocaliente, es una localidad que, como otras comunidades, municipios y ciudades de Lationamérica, toma su nombre la virgen del Rosario de Las Lajas, una deidad traída a América en el proceso de la llamada “conquista espiritual” y que hoy tiene su santuario en Colombia.
Sus orígenes se remontan a la dependencia que tenía con la antigua Hacienda de Trancoso, a la que pertenecía, pues los primeros habitantes de este lugar prestaban sus servicios como peones de labranza.
De acuerdo a los registros históricos, se tiene conocimiento que Las Lajas se emancipó de la antigua Hacienda de Trancoso al poco tiempo de que fue tuvo el efecto de constitucional la Ley Agraria, en el año de 1917.
Desde entonces, pero ya sin rendir tributo, los habitantes de esta localidad encontraron en el trabajo a la tierra y la crianza de animales una oportunidad de subsistencia propia, pero ahora como parte del municipio de Ojocaliente.
Con el paso de los años, las circunstancias sociales del país y del estado forjaron el perfil de los lugareños de Las Lajas, de tal forma que algunos emigraron dentro y fuera del territorio nacional en búsqueda de mejores oportunidades de vida.
Algunos de los que se quedaron, al no encontrar rentabilidad en el arado de la tierra y la crianza de animales de traspatio, aprendieron a trabajar otros oficios para subsistir, tales como el artesanal.
De acuerdo al último censo levantado hace 9 años por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la comunidad era habitada por alrededor de 450 personas, aunque hoy se cree que el número podría ser menor.
El valor histórico y social de Las Lajas
Sobre uno de los muros del Museo Comunitario Las Lajas pende una fotografía enmarcada de Don Antonio Ramírez, quien hace 14 años murió pero sigue siendo considerado el artesano de la comunidad Las Lajas, por haber trabajado este oficio más de 50 años.
Él fue un tallador de madera, pero también aprendió a labrar la piedra cantera, oficio que dominaba su hermano Gilberto. Ambos encontraron en el trabajo artesanal la posibilidad de lograr un ingreso económico.
Sobre las calles de Las Lajas, algunas de terracería, pueden observarse restos de los trabajos de cantera que realizaban los hermanos Ramírez, toda vez que realizaban figuras de cantera para ser colocada en el frente o en lo alto de las casas.
Incluso, en la base del asta Bandera la de escuela primaria Adolfo López Mateos todavía se encuentra una escultura de piedra cantera del escudo nacional, misma que es autoría de estos artesanos ojocalentenses.
Otro espacio del museo está dedicado a la agricultura tradicional, en el que se muestran fotos y alimentos en físico que históricamente han sido sembrados en el ejido Las lajas, mismos que han sido la base de la dieta de sus pobladores.
En la sala contigua se observan enseres de su gastronomía tradicional, tales como la forma en que se cocinaba y se mantenía el fuego, hasta el procedimiento de preparar alimentos que se remonta a los periodos de dependencia de la antigua Hacienda de Trancoso.
Estos últimos dos espacios son el tema principal del Museo Comunitario Las Lajas. Los objetos que ahí se muestran han sido donados por los habitantes de la propia comunidad, mismos que fueron tomados de sus cocinas familiares.
Un museo que va en crecimiento
En todo el territorio de Zacatecas existen alrededor de 35 museos comunitarios y todos han sido constituidos de la misma forma, con organización y recursos propios de los habitantes de sus comunidades.
En el caso de Las Lajas, se conformó una junta vecinal para crear este museo.
Felipe Gallegos Montes es un joven artesano que se ha dedicado a rescatar una técnica prehispánica del trabajo del textil en territorio zacatecano y, recientemente, de los enseres de barro. Él es quien encabeza los trabajos del Museo Comunitario Las Lajas.
Es un proyecto que surgió a partir del compromiso y generosidad de varios vecinos, quienes observamos que nuestra comunidad tiene un alto perfil social e histórico, y decidimos rescatarlo, refiere.
Si bien es un Museo que tiene cuatro años, su posicionamiento en la región ha cobrado relevancia. Este hecho le permitió que hace un par de semanas la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal exhibiera en este lugar su acerbo “Textiles de lana”.
La exposición no sólo fue disfrutada por hombres y mujeres campesinos de Las Lajas, sino que también tuvo a bien ser visitada por alumnos de escuelas de educación básica de la región.
Sin dejar de ligar sus piezas de barro, Felipe refiere que el reto más fuerte que enfrenta el Museo Comunitario Las Lajas es preservarlo para las futuras generaciones, para que aprendan el sentido histórico y de vida de nuestros ascendentes y no lo dejen morir.
José Córdova / Tropicozacatecas.com