Axis Mundi – 2020: ¿la muerte del cine?


En un entorno que brinda innumerables oportunidades de entretenimiento, las películas son una de las pocas formas que permanecen para atraer a una nueva audiencia, y retener a la ya existente. Sin embargo, en vista del auge que han experimentado las plataformas streaming[i] y el entretenimiento en línea, debido a la actual pandemia por el COVID–19, el discurso dominante parece ser que, en la era del Internet, el antiguo sistema de estrenos en las salas de cine ya no resulta funcional para el público de todo el mundo.

En este sentido, se espera que las tecnologías digitales —en particular la transmisión en streaming— sustituyan a los tradicionales estrenos en los cines, con lo que las películas pasarán a formar parte de la creciente lista de industrias de Distribución Directa al Consumidor (DTC, Direct To Consumer), en lugar de ser distribuidas por terceros a través de los complejos cinematográficos, tal y como lo hizo Disney con la versión live-action de Mulan este año que termina, para promocionar su plataforma de streaming.[ii]

Esta historia de la substitución de la vieja «industria», tan golpeteada por la actual pandemia, es con frecuencia presentada como una cuestión de «cuándo», no de «si acaso». Ha sido bajo dicho discurso que AT&T —el gigante de las telecomunicaciones de EUA que es dueño de Warner Brothers— anunció, repentinamente, su decisión de estrenar todas las películas de Warner Brothers para 2021, de forma simultánea, tanto en los cines como en HBO Max, su plataforma de streaming.[iii] En virtud de lo anterior, la prensa especializada y los comentaristas han sugerido que tal medida muestra que el estudio «ha abrazado finalmente el futuro inevitable, aunque no lo digan explícitamente».[iv]

Tan audaz movimiento ha logrado la rara hazaña de unir a todos, en la industria cinematográfica, en un sistemático rechazo: los cineastas se sienten traicionados, ya que de buena fe diseñaron películas para que se experimentaran en la pantalla grande, al tiempo que los cines, tanto los independientes como los grandes complejos, se sienten abandonados en su hora de necesidad más desesperada.[v]

Las agencias de talento actoral, mientras tanto, también están echando humo por las orejas, ya que sus clientes se han quedado, potencialmente, fuera de las lucrativas ganancias de las taquillas. Y, como se esperaba, el público está cada vez más confundido: a medida que se multiplican las plataformas que ofrecen películas, también lo hacen los costos de suscripción mensual, y las listas de programación —con excelentes películas y series— son tan vastas que es imposible estar al corriente con los estrenos y los clásicos disponibles.

Por si fuera poco, los socios de los estudios se sienten engañados, debido a que su inversión inicial (que a menudo cubre el 50% o más del precio total de una película) se hizo bajo el entendido de que se destinaba a un estreno en salas de cine, con el fin de obtener los beneficios correspondientes, no a reforzar el número de suscripciones para una plataforma de streaming.

Sin embargo, en el actual panorama corporativo, tanto las películas como las plataformas de streaming son propiedad de las mismas personas, por ende, las reglas del juego se han modificado. Anteriormente, algo de dinero cambiaba de manos, filtrándose de los acuerdos de licencia de streaming que, por ejemplo, Netflix pagaba a un estudio para exhibir sus películas. Mas, con la doble propiedad de las plataformas y las películas, eso está ahora fuera de cualquier trato.

Algunos directivos, incluyendo a Ann Sarnoff, directora ejecutiva de WarnerMedia Studios, se han apresurado a señalar que se trata, simplemente, de una respuesta temporal a la crisis actual, la cual podría desaparecer tan pronto como el público vuelva a las salas de cine dentro de un año,[vi] si las campañas de vacunación contra el coronavirus tienen éxito.

Sea como fuere, resulta obvio que la razón de los recientes anuncios, sobre el giro hacia el streaming, está motivada por razones de índole financiera: HBO Max está en cuarto lugar en una carrera dominada por tres caballos, muy por detrás de Netflix, Amazon Prime Video y Disney Plus,[vii] por lo que necesitaba hacer algo al respecto, y albergar todas las películas de Warner Brothers es un movimiento deliberado para reforzar su oferta.

La cuestión es que la decisión de Warner/AT&T alimenta una falacia popular que envuelve a la industria cinematográfica: que los estudios están simplemente reaccionando a lo que el público quiere. John Stankey, director general de AT&T, ilustra esto perfectamente cuando dice que «los clientes van a impulsar lo que ocurre en el mercado en última instancia».[viii]

El mismo discurso de la «muerte del cine» también es parte del culto a la innovación, donde «la innovación es ahora tan fervientemente favorecida que casi no puede ser cuestionada».[ix] En el comprensible entusiasmo por el streaming, como nueva forma de ingresos y de participación del público, se olvidan las legítimas preocupaciones sobre el futuro del cine planteadas por quienes realizan las películas, los que las exhiben en la pantalla grande y sus audiencias. Encajonar tales decisiones como si estuvieran influenciadas únicamente por la satisfacción del consumidor ignora la historia y olvida que, si bien el modelo del cine —y la TV— ha sobrevivido a innumerables crisis, la transmisión por streaming aún no ha enfrentado su primer grave desafío.

Aún no sabemos cómo y cuándo puede manifestarse una crisis del streaming: ¿la provocará el cansancio del consumidor o la falta de rentabilidad de las grandes inversiones iniciales?, ¿se retirarán los inversores?, ¿quizás las plataformas de streaming alcanzarán un límite natural en los posibles grupos de suscriptores? De lo que no cabe duda es que dicha crisis llegará, y algunos analistas señalan que «ésta podría ser la calma antes de la tormenta en el streaming».[x]

Ante tal entorno, el anuncio de AT&T/Warner —y los comentarios relacionados con él— apuntan a un interno e inevitable choque de culturas: AT&T es una empresa de tecnología en el negocio de la conectividad 5G, telefonía celular e Internet, donde el contenido audiovisual se adquiere para ser transmitido a través de sus conexiones, con el fin de justificar su existencia y gastos. Por su parte, Warner Brothers se dedica a hacer películas y series como su función principal, para luego asegurarse de que lleguen a la mayor audiencia posible, utilizando los medios de distribución más eficaces.

De esta forma, lo que podría ser una asociación celestial de intereses compartidos es, de hecho, un matrimonio realizado en el infierno, ya que los dos socios se ven arrastrados en direcciones opuestas debido a sus respectivas prioridades. Este relato de una crisis en la que el estreno en la sala de cine es el tema subyacente, y la transmisión por streaming su cura, necesita, evidentemente, un poco de revisión de la trama.

La industria fílmica no está muerta, ni siquiera agonizando, de hecho, está creciendo de forma significativa en la mayoría de las regiones del mundo,[xi] mientras que se muestra obstinadamente estable en los EUA. Resulta comprensible preocuparse por el presente, pero ignorar los datos porque no coinciden con el discurso dominante es miopía.

La industria del cine y la televisión, Hollywood en particular, es un negocio de relaciones entre cineastas, exhibidores, inversores, trabajadores y audiencias: representan el tejido conectivo necesario para que dicha industria funcione. Ignorar las ambiciones creativas y financieras —como ocurrió durante la huelga de guionistas del 2007–2008[xii]— de cualquiera de estos grupos es socavar los cimientos mismos de tal ámbito, que está forjado por personas, no por plataformas digitales.

El streaming aún no ha sido puesto a prueba por una crisis, por ende, no hay conciencia histórica de ello, ni reglas sobre cómo reaccionar ante un desarrollo imprevisto. El cine y la TV tienen una larga historia de supervivencia: declarados muertos muchas veces —como cuando el auge de los videos durante fines de los 80’s—, siempre han sobrevivido, algo para reflexionar mientras nos preparamos para la llegada de futuras crisis, en esta distopía de relato de ciencia ficción en la cual nos encontramos.

[i] https://tropicozacatecas.com/2019/12/22/axis-mundi-2010-2019-cuando-la-tecnologia-nos-alcanzo/

[ii] https://hipertextual.com/2020/09/cinco-cosas-que-debes-saber-sobre-problemas-mulan-china

[iii] https://www.forbes.com.mx/forbes-life/entretenimiento-warner-bros-estrenos-hbo-max-streaming-cines-2021/

[iv] https://www.nytimes.com/2020/12/04/opinion/warner-hbo-movies-theaters.html

[v] https://variety.com/2020/film/news/hbo-max-warner-bros-dune-matrix-4-theater-owners-1234846103/

[vi] https://www.washingtonpost.com/entertainment/warner-bros-to-release-all-2021-films-on-hbo-max-theaters/2020/12/03/169d839a-3598-11eb-9699-00d311f13d2d_story.html

[vii] https://www.cnbc.com/2020/08/05/disney-streaming-subscribers-shows-massive-growth.html

[viii] https://event.webcasts.com/starthere.jsp?ei=1402782&tp_key=651941536e

[ix] https://event.webcasts.com/starthere.jsp?ei=1402782&tp_key=651941536e

[x] https://www.pwc.com/us/en/services/consulting/library/consumer-intelligence-series/consumer-video-streaming-behavior.html

[xi] http://www.vodprofessional.com/2020/02/25/box-office-still-dominates-growing-global-market-for-movies/

[xii] https://www.tekcrispy.com/2020/04/25/huelga-gremio-escritores-cambio-la-television-y-el-streaming/

 

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

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