Después de casi dos años —y de una extraordinaria «paralización» mundial cuyo impacto aún no está claro— resultara inevitable que se escriba mucho sobre el COVID–19 durante las próximas décadas, por ende, consideramos que, al entrar en un largo período de reflexión, los estudios de las humanidades tendrán mucho que ofrecer, especialmente una vez que, posiblemente, la intensidad de la cobertura científica y médica comience a disminuir.[i]
En un principio, cuando muchos de nosotros nos confinamos, preocupados por cómo íbamos a salir de la pandemia, el único capítulo de cualquier libro sobre el COVID que queríamos leer era el de la vacuna: ¿se lograría elaborar una y funcionaría?[ii] Pero la descripción técnica de esta inestimable intervención médica, en las próximas publicaciones, podría ser concisa y breve. La historia más completa se halla en otra parte.
Como bien saben nuestros amables lectores, la historia médica de las plagas es fascinante, pero rara vez se nos brindan datos cruciales: no sabemos con certeza qué fue la peste ateniense del siglo V a.C., ni la devastadora enfermedad de los siglos II y III d.C.[iii] La peste de los siglos VI a VIII d.C. en el imperio romano es objeto de discusión, pero probablemente se trataba de varias infecciones diferentes,[iv] además, sabemos cómo se propagó la Peste Negra,[v] pero quizás eso no sea lo más interesante.
Lo interesante puede ser cómo reacciona la gente ante las plagas y cómo los escritores describen tales comportamientos. Uno de los ejemplos más conocidos es el relato del historiador y general griego Tucídides (460–400 a.C.) sobre cómo los atenienses respondieron a su virulenta peste en el siglo V a.C.,[vi] texto que influyó, directa o indirectamente, en la forma en que muchos historiadores posteriores de la antigüedad describieron las plagas, al tiempo que estableció la pauta para una narración de los síntomas junto con su impacto social.
Atenas se encontraba en el segundo año de lo que se convertiría en más de dos décadas de conflicto con su rival Esparta, cuando la peste se extendió rápidamente, exterminando con rapidez: sus síntomas comenzaban con fiebre y se extendían por todo el cuerpo. Algunos atenienses se dedicaron a cuidar a los demás, lo que con frecuencia les llevó a la muerte, pero muchos simplemente se rindieron, o ignoraron a la familia o a los muertos, o persiguieron placeres de todo tipo en el tiempo que les restaba.
Podría decirse que resulta discutible señalar hasta qué punto la peste cambió a Atenas: no detuvo la guerra ni afectó a su prosperidad. Lo que sí señala Tucídides es que la pérdida de su gran estadista Pericles (495–429 a.C.), a causa de la plaga, alteró la naturaleza del liderazgo ateniense y eliminó algunos de sus rasgos moderadores, por tanto, queda implícito que los atenienses podrían haber abandonado su tradicional piedad y respeto por las normas sociales. De hecho, esta fue la generación que produciría el cuestionamiento más radical del papel y la naturaleza de los dioses, de lo que conocemos del mundo y de cómo debemos vivir. Pero también condujo a un renovado sentido del militarismo y a una eventual catástrofe: la derrota de Atenas ante Esparta.[vii]
Podemos tener la tentación de señalar que las pandemias lo cambian todo, pero, como señala el historiador bizantino Procopio (500–570 d.C.) —que sobrevivió a la aparición de la citada peste en el siglo VI d.C.—, la gente se volvió extremadamente religiosa durante un tiempo, pero luego, en cuanto se sintió a salvo de la plaga, volvió a su antiguo comportamiento.[viii] Así, la peste fue un símbolo portentoso de la decadencia del sistema, pero la sociedad terminó adaptándose.
En tal sentido, ¿estaba el mundo bizantino tan fatalmente debilitado por la peste y su resurgimiento que fue incapaz de resistir la embestida de los árabes en el siglo VII? Esto puede ser cierto en parte, pero la peste precedió con bastante anticipación a la conquista musulmana, de hecho, lo mismo hubo continuidad como transformación en la cultura y en la vida de las ciudades bizantinas, además de que el mundo árabe tuvo sus propias pestilencias. La historia, como hemos aprendido con los siglos, no suele resultar tan sencilla.
¿Y qué hay de nuestra propia pandemia?, ¿qué seguirá igual y qué cambiará? Por muy tentador que sea predecir un vuelco total del comportamiento social, las lecciones del pasado sugieren que éste puede ser poco probable, aunque las peores consecuencias tal vez ocurran, como lo estamos presenciando, lamentablemente, en países aún en desarrollo como el nuestro. Asimismo, aspectos como las repercusiones a largo plazo sobre la salud mental y la educación en todo el mundo son excepcionalmente difíciles de calibrar, aunque ésta resulte la pandemia más estudiada de nuestra especie.
Entonces, ¿qué nos señala la historia que pueda ser útil? Que hay que buscar y profundizar aún más, por ello, el relato del COVID no será sólo la descripción del virus y la vacuna, o el enigma de si vino de un murciélago o fue creado en un laboratorio; será la historia inmensamente compleja de cómo esta enfermedad impactó contra nuestro comportamiento social, cómo decidimos responder familias e individuos, comunidades y políticos, naciones y organismos mundiales.
Algo que los mejores historiadores, desde Tucídides, nos han señalado es que los aspectos biológicos de la enfermedad son inseparables de sus efectos en la sociedad y la salud. Y también que los humanos somos muy malos para pensar en las consecuencias, como lo demuestra el que, en pleno rebrote de la actual pandemia, como los atenienses del siglo VI a.C., millones se dediquen a la satisfacción de sus placeres mundanos, sin ninguna medida de seguridad ni consideración para las demás personas.
Por otra parte, una de las consecuencias potenciales más interesantes de esta pandemia es la relación entre la política y la ciencia, como ha ocurrido en países como México, donde las determinaciones cruciales sobre el manejo de la actual contingencia se han dejado en manos de los políticos, desechando cualquier criterio científico, lo cual ha provocado una catástrofe humanitaria que aún estamos lejos de poder apreciar en toda su magnitud.[ix]
Por lo demás, la pandemia ha mostrado lo mejor y más esencial de la ciencia, pero, asimismo, la ha colocado incómodamente, en otros países, en el centro de la toma de decisiones políticas: junto con la crisis climática, mucho más peligrosa,[x] la pandemia ha animado a varios políticos para afirmar que «siguen la ciencia», pero la ciencia no habla con una sola voz, rara vez ofrece respuestas fáciles o inequívocas y se resiste a las visiones de corto plazo —que son las que les encantan a los políticos—. La forma en cómo se desarrolle esta conversación, y cuáles sean las consecuencias del intercambio entre ciencia y política, podría ser una de las sorpresas de este momento tan extraño.
Además, como hemos señalado, la peste ateniense puede haber impulsado a los pensadores a ser más radicales al cuestionar las visiones tradicionales de la vida, la muerte y el papel de los dioses; por su parte, es probable que la Peste Negra haya cambiado las reglas del juego en términos de religión y filosofía, al tiempo que fomentó transformaciones en la ética médica y mejoras en la atención social, incluso modificó la balanza sobre el valor del trabajo, pero aún tenemos que ver si la actual pandemia ha provocado alteraciones duraderas en los esquemas laborales de las oficinas o el espacio virtual.
A largo plazo, la comprensión de las repercusiones de este virus —y de los retos culturales, sociales y económicos más amplios en los que se inserta— requerirá que despleguemos una visión más generosa y holística de ciencia e historia, sólo así podremos escribir el relato que la fuerza disruptiva de esta pandemia exige.
Notas de referencia:
[i] https://tropicozacatecas.com/2020/03/22/axis-mundi-pandemia-literatura-y-fortaleza/
[ii] https://tropicozacatecas.com/2020/07/19/axis-mundi-covid-19-cuando-se-lograra-la-vacuna/
[iii] https://scielo.conicyt.cl/pdf/rci/v37n4/0716-1018-rci-37-04-0450.pdf
[iv] https://revistamedicina.net/ojsanm/index.php/Medicina/article/view/1513/1912#:~:text=Hist%C3%B3ricamente%2C%20se%20reconocen%20tres%20pandemias,millones%20de%20muertos%20(3)
[v] https://historia.nationalgeographic.com.es/a/peste-negra-epidemia-mas-mortifera_6280
[vi] https://institutofilosofia.uv.cl/attachments/article/158/Peste%20Atenas.pdf
[vii] https://helenika.files.wordpress.com/2014/04/tucidides-historia-de-la-guerra-del-peloponeso.pdf
[viii] https://elpais.com/cultura/2020-04-10/escenas-de-una-pandemia-de-hace-1500-anos-que-se-repiten-hoy.html
[ix] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56220420
[x] https://www.bbc.com/mundo/noticias-58190389
Carlos Hinojosa*
*Escritor y docente zacatecano