Axis Mundi — Premios Oscar 2022: ¿evolución y cambio?


Como bien saben los amables lectores, a los galardones de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de EUA no les ha ido nada bien en los últimos años: la decreciente reputación de los Oscar ha sido señalada por muchos a la luz de sus numerosos fracasos y ceremonias televisadas canceladas, circunstancias exacerbadas por la actual pandemia.[i] Como privilegiada portavoz de Hollywood, la Academia se ha convertido en responsable de una industria del entretenimiento manchada por la misoginia y el racismo.[ii]

Con los índices de audiencia más bajos de su historia durante la ceremonia del 2021, los Oscar están perdiendo visiblemente credibilidad y prestigio en la escena mundial, dos elementos que habían sido esenciales para su sostener su «perdurable poder», algo que debería prender las señales de advertencia en el tablero de control de la Academia.[iii]

De hecho, tal vez lo anterior explique cierta evolución que se percibe en los filmes nominados a los premios de este año, donde hay un aumento de las nominaciones de películas internacionales, junto con otras novedades, como la primera mujer nominada al Oscar por mejor dirección de fotografía: Ari Wegner por El poder del perro (Jane Campion, 2021, disponible en Netflix).

Incluso, lo más destacable de la ceremonia del 2022, según los estándares de los Oscar, es el número de filmes no estadounidenses nominados en categorías distintas a la de «mejor película internacional», que hasta 2020 se denominaba «mejor película extranjera». Recordemos cómo Parásitos (Bong Joon–ho, 2019, disponible en Netflix)[iv] fue el filme que llamó la atención sobre la redundancia de dicha categoría cuando, en 2020, se convirtió en la primera cinta «en lengua extranjera» que ganó el premio a la mejor película, así como, por supuesto, a la «mejor película internacional».

En este sentido, la naturaleza problemática de la categoría «mejor película internacional/extranjera» destaca cuando se observa la forma arbitraria en que estos premios han sido definidos a través de conceptos binarios bastante simplistas, por ejemplo, en 2020, la película nigeriana Lionheart (de la directora Genevieve Nnaji, 2018, disponible en Netflix) fue excluida de los Oscar por ser un filme en inglés, olvidando, estúpidamente, que ese idioma es la lengua oficial de Nigeria, tras su historia de colonización por el antiguo Imperio Británico.

De este modo, el aspecto más problemático de la categoría «cine internacional» es, con mucho, la forma en que refuerza las viejas ideas de que el «cine mundial» existe fuera del ámbito elitista del cine euro–estadounidense, algo que perpetúa un legado colonial que sigue influyendo en la crítica, la teoría, la producción y la distribución del cine.[v] Así, la categoría de «cine internacional» es un galardón de la Academia que, durante 60 años (y contando) ha servido para enfatizar la siguiente «norma»: las películas no anglófonas, «no blancas» y realizadas por mujeres no tienen cabida en un círculo de «prestigio crítico».

Este 2022, sin embargo, la persistente separación de lo «internacional» con las películas euro–estadounidenses se ha visto socavada por el hecho de que los filmes «internacionales» (de habla no inglesa) han aparecido en otras categorías cinematográficas, como en el caso de Madres paralelas (Pedro Almodóvar, 2021, España, disponible en Netflix), Flee (cinta animada de Jonas Poher Rasmussen, 2021, Dinamarca), La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021, Noruega) y Drive my car (Conduce mi auto, Ryusuke Hamaguchi, 2021, Japón, basada en un cuento del célebre Haruki Murakami), lo cual demuestra un cambio en los gustos de los votantes de la Academia.

Drive my car, en concreto, pone de manifiesto las líneas borrosas de la «nacionalidad»: en la película hay una producción teatral donde cada actor habla un idioma diferente, incluyendo el japonés y el mandarín, además, una actriz emplea el lenguaje de señas coreano. Por ende, aparecen subtítulos rodantes para el público japonés que ve la obra y, debajo del recuadro del filme, subtítulos para nosotros, espectadores de la cinta.

Si se da el caso de que Drive my car gane la categoría de mejor película, podríamos tomar nota del vaticinio de Bong Joon–Ho, en su discurso cuando ganó el Globo de Oro por Parásitos, en el cual hizo una elegante crítica de la consabida fobia del público estadounidense (y también parte del mexicano) hacia los subtítulos: «Una vez superada la barrera de una pulgada de altura que suponen los subtítulos, conoceremos muchas más películas increíbles. Creo que solo usamos un idioma, el cine».[vi]

Entonces, ¿han cambiado los gustos de los votantes de los Oscar? Por lo menos, su demografía sí lo ha hecho: la Academia, que antes era una mayoría privilegiada, afirma ahora con orgullo que, a partir del 2020, ha aumentado su diversidad. Actualmente cuenta con un 45% de mujeres y un 36% de «minorías subrepresentadas», porcentaje en el que 2,107 miembros, de un total de 6,000, son «internacionales», lo cual explica el marcado cambio en las nominaciones que desafían la legitimidad de las películas euro–estadounidenses como «norma perdurable».[vii] En virtud de ello, las mujeres, las minorías y los no estadounidenses han recibido gradualmente el voto, por lo tanto, los efectos de sus decisiones también se están percibiendo paulatinamente.

De esta forma, los premios Oscar se ven obligados a cambiar para dar cabida a perspectivas que antes ni siquiera se tenían en cuenta y, después de casi un siglo, es posible que la Academia se haga a la idea de que la representación es importante, con lo cual, la democracia de internet está dando forma a la «democracia» de los premios de la Academia. Sin embargo, el alcance total de este cambio aún está por verse, ya que los Oscar y buena parte de Hollywood siguen, en última instancia, arraigados en prácticas de ego y vanidad, como siempre ha ocurrido.[viii]

De cualquier forma, desde hace tiempo empiezan a verse las grietas, de las cuales puede surgir un futuro global diverso, uno que reconozca y beneficie las complejas, así como enredadas, colaboraciones que son tan necesarias para el séptimo arte. Un futuro que valore la evolución y el cambio, en lugar de tratar de preservar los límites de la diferencia y la «norma» euro–estadounidense.

 

REFERENCIAS

[i] https://as.com/tikitakas/2021/04/24/portada/1619265305_742060.html

[ii] https://elpais.com/elpais/2019/09/12/gente/1568284592_004425.html

[iii] https://spoilertime.com/premios-oscar-2021-caida-de-rating/

[iv] https://tropicozacatecas.com/2020/02/02/axis-mundi-parasitos-o-por-que-el-cine-coreano-es-tan-genial/

[v] https://www.openscreensjournal.com/article/id/6938/

[vi] https://www.cinepremiere.com.mx/historia-de-los-subtitulos.html

[vii] https://www.oscars.org/newmembers2020/pdf/2020_new_members_overview.pdf

[viii] https://www.abc.es/play/cine/noticias/abci-celos-envidia-y-rencor-rivalidad-estrellas-hollywood-201802210132_noticia.html

 

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

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