Adolescentes y retos virales – Axis Mundi


Como bien saben los amables lectores, las tendencias virales en las redes comenzaron, desde un inicio, de forma bastante polémica: en la década del 2010 surgieron «el reto de la cucharada de canela en polvo», «la ballena azul» y «el desafío de la Chona», luego vino «el reto de la cubeta de hielo»,[i] que recaudó unos 115 millones de dólares para la investigación de la esclerosis lateral amiotrófica o ELA,[ii] al parecer, uno de los pocos casos positivos en este ámbito.

De esta forma llegamos a los años recientes, cuando los retos en las redes sociales se han hecho cada vez más populares y peligrosos, provocando lesiones graves e incluso muertes, y no es difícil entender por qué: «el reto de la caja de leche» desafía a la gente a caminar o correr a través de una pirámide de rejas para transporte de envases de leche, apiladas sin compactar; por su parte, el absurdo «reto rompe cráneos» consiste en que dos personas empujan por los pies a un tercero mientras salta, con la intención de que caiga de espalda y se golpee la nuca, así como «el reto del clonazepam», el cual anima a tomar el potente tranquilizante para ver quién soporta sus efectos sin dormirse.[iii]

Quienes tenemos hijos y/o trabajamos con adolescentes debemos preguntarnos por qué los retos de las redes sociales los atraen tanto, a pesar de los peligros que entrañan, para poder encontrar algunas medidas que se pueden tomar para protegerlos.

De acuerdo con las cifras oficiales, casi un 70% de los adolescentes mexicanos tienen acceso a un smartphone y utilizan activamente varias plataformas de medios sociales, siendo WhatsApp, Facebook, YouTube, TikTok e Instagram las más populares entre este grupo de edad.[iv]

Ante tal escenario, debemos recordar que la adolescencia está vinculada a un aumento de la práctica de conductas riesgosas, debido a que el cerebro humano no está completamente desarrollado hasta que una persona alcanza cerca de los 25 años de edad, y las áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y realizar lo que nos produce satisfacción se desarrollan más rápidamente que las zonas vinculadas a la toma de decisiones. Como consecuencia, los adolescentes son más propensos a actuar impulsivamente y a arriesgarse a sufrir lesiones físicas para ganar popularidad.[v]

Además, un estudio de 2016 descubrió que los adolescentes eran más propensos a darle «like» a una foto —incluso cuando mostraba consumo de drogas o alcohol— si la imagen tenía más «me gusta» de sus compañeros.[vi] El mismo estudio también mostró que la actividad en los centros de recompensa de los cerebros de los adolescentes aumentaba cuando veían publicaciones con más «me gusta», lo cual indica que los jóvenes prestan más atención a los contenidos de las redes sociales con más cantidad de visualizaciones y «me gusta».

Lo anterior, como el chiste, nos señala una cosa buena y otra mala: en el mejor de los casos, esta vulnerabilidad a la presión social puede desembocar, por ejemplo, en la compra de una determinada marca de zapatos tenis; en el peor de los casos, puede llevar a los adolescentes a realizar cosas peligrosas para impresionar o divertir a sus amigos.

Otros estudios muestran que los famosos, los músicos, los deportistas y los «influencers»[vii] también pueden aumentar los comportamientos de riesgo de los adolescentes, tales como el consumo de alcohol y drogas, sobre todo porque sus perfiles generan muchos «me gusta» y atraen cantidades enormes de seguidores en las redes sociales.[viii]

Como podemos apreciar, a los adolescentes de hoy les puede resultar más difícil resistirse a la presión social: no sólo tienen acceso ilimitado a sus compañeros y a otras personas influyentes, sino que, además, las redes sociales son muchas y los adolescentes siguen a cientos —a veces miles— de usuarios en línea.

Ante el citado panorama, a continuación, se presentan cinco maneras en que podemos ayudar a nuestros adolescentes a resistir la presión social y evitar los riesgos relacionados con las tendencias de las redes sociales.

1.Escuchemos a los adolescentes

Los padres y trabajadores de la educación pueden aprender más sobre las redes sociales haciendo preguntas abiertas al adolescente sobre sus experiencias, por ejemplo: «¿Te ha molestado últimamente algo que hayas visto en Instagram?». No cabe duda de que es bueno compartir nuestras preocupaciones sobre las redes sociales, mientras escuchamos los pensamientos y perspectivas del adolescente. Este tipo de comunicación abierta puede mejorar la salud mental y las habilidades sociales de los jóvenes.

Asimismo, las investigaciones demuestran que cuando los padres ven el contenido de los medios de comunicación con sus hijos adolescentes —y discuten los problemas que surgen durante y después de su uso— resulta algo que ayuda al desarrollo cerebral y al pensamiento crítico de los jóvenes, al tiempo que también puede apoyar a resolver dudas o aclarar información errónea.[ix]

  1. Hablar de lo que en verdad es gratificante

Los adolescentes no siempre saben por qué tienen ciertos comportamientos o sienten curiosidad por actividades peligrosas, y el mantener una conversación con ellos sobre lo que les hacen sentir bien, los «me gusta» y los comentarios en línea podría ayudarles a identificar experiencias gratificantes similares fuera del internet, como unirse a un equipo deportivo escolar o a un club de ajedrez o pintura. Es casi una certeza del sentido común que la participación en deportes, por citar un ejemplo, resulta una forma útil de construir la propia identidad social, la autoestima y las conexiones significativas con los demás.[x]

  1. Hablar de lo que significa arriesgarse

Las publicaciones en las redes sociales a menudo glorifican los comportamientos de riesgo, por ejemplo, los posts sobre el consumo de alcohol se centran en los aspectos divertidos y evitan las descripciones de desmayos, lesiones o accidentes. Del mismo modo, los adolescentes ven los «me gusta» y las visitas de los retos en las redes sociales, pero no las hospitalizaciones y las muertes.

Los padres y maestros pueden hablar con los adolescentes sobre este vacío y, dado que ellos suelen estar más informados sobre los últimos retos de las redes sociales, podemos preguntarles sobre el tema y ayudarlos a pensar en los posibles riesgos.

  1. La importancia de estar informado

Una de las mejores formas de conectar con los adolescentes es informarse sobre los temas que les interesan: si les gusta Instagram, planteémonos crear una cuenta propia, al tiempo que les pedimos que nos enseñen cómo funciona la plataforma, ya que instruir a otros puede ser gratificante para los jóvenes. Además, hay que tomarnos el tiempo para explorar por nuestra cuenta y mantenernos al día sobre las características de las redes sociales, los retos y las tendencias más arriesgadas.

  1. Elaborar un plan

Un plan familiar sobre medios de comunicación, en la medida de lo posible, puede ayudar a padres e hijos adolescentes a acordar horarios sin dispositivos, así como formas de elegir buenos hábitos mediáticos. Debemos estar conscientes de que las redes sociales también pueden favorecer a los adolescentes para entablar amistades, mantenerse en contacto con amigos y familiares lejanos, reducir el estrés y acceder a tutoriales, líneas de ayuda u otras herramientas que contribuyan a su salud física y mental.

De esta forma, se puede elaborar un plan que todos los miembros de la familia puedan seguir para disfrutar de las ventajas de las redes sociales, el cual siempre puede ser revisado a medida que los hijos crezcan.

 

Notas de referencia:

[i] https://www.sopitas.com/mientras-tanto/parece-que-fue-ayer-estos-fueron-11-challenges-mas-famosos-de-la-decada/

[ii] https://www.gob.mx/conadis/articulos/la-esclerosis-lateral-amiotrofica-ela

[iii] https://mexico.as.com/actualidad/que-es-el-reto-clonazepam-y-cuantas-personas-se-han-infectado-n/

[iv] https://www.ift.org.mx/comunicacion-y-medios/comunicados-ift/es/seis-de-cada-10-personas-con-hijos-que-usan-internet-fijo-y-telefonia-movil-implementan-medidas-de

[v] https://eprints.ucm.es/12024/1/T28264.pdf

[vi] https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0956797616645673

[vii] https://blog.hubspot.es/marketing/marketing-influencers

[viii] https://repositorio.pucesa.edu.ec/bitstream/123456789/1137/1/75670.pdf

[ix] https://ciencia.lasalle.edu.co/cgi/viewcontent.cgi?article=1478&context=maest_docencia

[x] https://journals.openedition.org/revestudsoc/24704

 

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

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