«Your own personal Jesus»: El elegido de Netflix - Axis Mundi

Como bien saben los amables lectores, las adaptaciones de cómics en cine y TV han sido el tema de esta década y de la anterior: cuando una serie llega a su fin, los estudios se lanzan a contarnos historias de otra saga de cómics o novelas gráficas que prometen aportar algo diferente, con lo que hemos llegado a una etapa donde varios especialistas e influencers han señalado un agotamiento provocado por las sucesivas adaptaciones de películas y series de televisión de superhéroes,[i] de las cuales sólo unas pocas destacan debido a las razones adecuadas, por ejemplo, The Boys —una oscura e irreverente joya original de Amazon Prime Video— es probablemente una de las pocas series de TV del género de superhéroes que es una adaptación de calidad, ya que mejora su material original.[ii]

Y en tal entorno, Netflix trae a nuestras pantallas algo parecido, El elegido (no confundir con la serie brasileña del mismo nombre del 2019, también del gigante del streaming), un drama mexicano de ficción fantástica que ha sido adaptado de American Jesus, serie de cómics creada por Mark Millar (autor de las sagas de culto Kick-Ass y Kingsman) junto con Peter Gross.

Cabe señalar que el citado cómic se halla ambientado originalmente en Estados Unidos, aunque los creadores de la serie de Netflix han tomado la acertada decisión de ubicar la trama en un pueblo rural de nuestro país. De hecho, el propio Mark Millar ha expresado lo siguiente: «Trasladar American Jesus a México hace que lo mitológico sea mucho más auténtico y lo apocalíptico aún más real».[iii]

Ambientada (ojo con las referencias) en diciembre de 1999, El elegido trata sobre un chico preadolescente llamado Jodie que vive en Santa Rosalía, una comunidad costera de Baja California Sur, junto con su madre Sarah, quien, al parecer, se ha trasladado a este lugar desde EUA con un propósito enigmático.

En su escuela, a Jodie le rodea un grupo de amigos leales, quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa por los demás. Por otro lado, el protagonista ha tenido extraños sueños y visiones sobre un vasto mar y los seres que hay en él (junto con otros muchos que le perturban), pero decide no hablar de ello con su madre hasta que se ve obligado a hacerlo, después de sobrevivir a un accidente que debió costarle la vida.

Poco a poco, el rumor de que hay un «Mesías» se convierte en noticia en un pueblo dividido entre católicos, evangélicos y el sincretismo religioso de los indígenas yaquis. Así, mientras su madre está preocupada por la inquietante popularidad de Jodie, hay gente de cierto grupo, un tanto siniestro, que lo busca. ¿Se dejará llevar el jovencito por su nueva fama, o hay una historia detrás de por qué tiene tales poderes? Esta es la trama principal de la serie.

Un gran acierto es la presentación de Jodie, sus camaradas y el afecto que comparten desde hace tiempo, algo que se muestra de forma muy realista y nos recuerda a nuestras propias amistades de la infancia, llenas de sentido de la aventura: nada puede impedir que estos muchachos exploren su entorno, siempre dispuestos para aprender algo nuevo, un aspecto de la honestidad y la credulidad de los jovencitos que se plantea de forma interesante.

Otro logro de los guionistas fue el ambiente que crearon para la serie desde el principio hasta el final: una sensación de inquietud que rodea todo el relato, la cual muestra cómo la religión puede hacer que la gente crea en todo, por ejemplo, los milagros de Jodie llevan a la formación de un culto a su persona.

De este modo, el fanatismo religioso, la justicia por mano propia y la fe ciega son algunos de los temas tratados con detalle, en medio de un aire psicodélico presente durante toda la narración, el cual, curiosamente, recuerda a los cultos religiosos e ideológicos de los años setenta y ochenta, como el Templo del Pueblo de los suicidas de Guyana,[iv] o la Nueva Jerusalén de Michoacán.[v]

Además, la dirección del mexicano Everardo Gout (Días de gracia, 2011)[vi] destaca por la excelente puesta en escena, al tiempo que es el guionista de la serie, por lo que sabe cómo asegurarse de presentar una narración equilibrada, por ejemplo, la secuencia culminante se ejecuta con tal intensidad que los espectadores no nos damos cuenta de que abarca más de la mitad del episodio final.

Por si fuera poco, la fotografía de Luis Sansans[vii] es de una belleza inquietante: hace que el espectador perciba la presencia de un espíritu divino, con un trabajo de cámara que nos hace sentir incómodos ante la visión de un jovencito que gana una popularidad malsana, con un resultado profundo, caótico y hermosamente feroz.

En cuanto al reparto, se hizo un trabajo fabuloso al reunir a un grupo de jovencitos capaces de expresar su vulnerabilidad de una manera tan matizada, y sus interpretaciones dejan una huella imborrable: los personajes que representan están fascinados por el crecimiento de Jodie, asimismo, son los primeros en hacerle saber si está siendo egoísta y abandonando a su verdadero grupo por un puñado de suplicantes.

El joven actor británico–mexicano Bobby Luhnow, en el papel de Jodie, ofrece una interpretación impecable como un chico que siempre está huyendo con su madre, sin embargo, desde que descubre sus poderes, él se resiste a mudarse a otra ciudad: su viaje de jovencito normal a supuesto mesías resulta convincente. El otro intérprete destacado entre los chicos es Juanito Anguamea, quien da vida al personaje de Tuka, realmente un gran hallazgo ya que el pequeño actor despierta emociones que nos remueven el corazón.

Mención aparte merece la banda sonora y la genial música de fondo, con una selección que incluye a Molotov, Café Tacuba, El Gran Silencio, Los Fabulosos Cadillacs y varias agrupaciones más que, en efecto, escuchábamos en los 90’s (y seguimos escuchando). Pero la cereza del pastel se la lleva el mejor empleo posible que se le ha dado al clásico ochentero «(I’ll Never Be) Maria Magdalena», de Sandra, el cual aparece en el momento justo dentro de la serie, dotándolo de una profunda carga referencial.

En resumen, esta serie es una brillante adaptación del cómic en el cual se basa, ya que presenta una trama con personajes bien desarrollados, casi parecida a una versión mexicana de Stranger Things. Cada actor ofrece una interpretación impresionante, al tiempo que el relato se desarrolla de una manera única y cautivadora, pleno de una emoción y complejidad que persisten incluso en su conclusión. Altamente recomendable.