¿Qué significa en realidad la sentencia contra García Luna? - Axis Mundi

Como bien saben los amables lectores, la reciente sentencia de 38 años de prisión impuesta a Genaro García Luna, ex–secretario de Seguridad Pública de México durante el gobierno de Felipe Calderón, aparentemente marca un hito importante en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico en México y Estados Unidos. Como apuntamos en este espacio hace más de un año, García Luna fue declarado culpable en febrero de 2023 por diversos delitos, entre ellos colaborar con el Cártel de Sinaloa, aceptar sobornos millonarios para permitir el tráfico de drogas hacia EUA, y utilizar su posición de poder para proteger las actividades delictivas de dicho grupo criminal.[i]

Y pese al inapropiado triunfalismo de la actual administración y sus acríticos seguidores, no debemos pasar por alto que este veredicto tiene un significado relevante en un par de niveles:

Crisis de la seguridad y confianza en el Estado mexicano: El caso de García Luna expone la penetración del narcotráfico en las más altas esferas de nuestras autoridades. Su condena revela cómo las instituciones encargadas de combatir al crimen organizado estuvieron (o están) corrompidas por la propia delincuencia, lo cual deteriora aún más la confianza ciudadana en el aparato de seguridad y justicia de México.
Relaciones bilaterales con EUA: El proceso judicial fue llevado a cabo en una corte federal de Brooklyn, lo que subraya el papel crucial de EUA en el combate contra el narcotráfico y el crimen organizado en nuestro país, ante las sospechosamente poco eficaces políticas de seguridad en México.

En resumen, la sentencia no solo significa un castigo para un exfuncionario corrupto, sino que simboliza una crisis sistémica dentro del Estado mexicano, sin importar el partido en el poder, al tiempo que plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias actuales para combatir el narcotráfico y la corrupción a nivel estructural.

En virtud de todo lo anterior, compartimos con los amables lectores, gracias a la licencia de Creative Commons para la libertad de intercambio de información,[ii] el siempre valioso análisis de InSight Crime, publicado el 17 de octubre del presente año, sobre lo que este organismo califica como una «victoria simbólica, pero vacía, para el gobierno de Estados Unidos», que es lo mismo que aplica para el grupo actualmente a cargo de los destinos de nuestro país.[iii]

El ex jefe de seguridad pública de México fue condenado a décadas de prisión. ¿Pero reducirá esto la corrupción?, por Parker Asmann, 17 de octubre de 2024[iv]

Uno de los cerebros detrás del enfoque militarizado de México contra el crimen organizado fue sentenciado a más de 38 años en prisión en Estados Unidos, aunque persisten las preguntas sobre la efectividad de los juicios a antiguos aliados de EUA para frenar la corrupción en América Latina.

El juez federal, Bryan Cogan, dictó la sentencia de 460 meses a Genaro García Luna,[v] el ex–secretario de seguridad de México, en un audiencia el 16 de octubre en el Distrito Este de Nueva York. La sentencia viene después de que García Luna fuera condenado —en febrero de 2023— por aceptar sobornos a cambio de proteger a narcotraficantes durante su tiempo como secretario de seguridad pública entre 2006 y 2012.

El juez Cogan dijo que aparte de su «comportamiento muy agradable y articulación», García Luna tenía el «mismo tipo de carácter mafioso que El Chapo», el ex–líder del Cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera,[vi] condenado en 2019 a cadena perpetua por el mismo magistrado.[vii]

En una carta escrita a mano enviada un día antes de su audiencia, García Luna le pidió al juez la sentencia más corta posible, además de solicitarle que considerara «la información falsa presentada por el actual gobierno de México y los testigos criminales».

En un memorando de sentencia presentado el mes pasado, los fiscales describieron cómo García Luna «aprovechó su poder y autoridad aceptando millones de dólares» del Cartel de Sinaloa,[viii] una «organización de tráfico de drogas que juró perseguir».

García Luna ha negado vehementemente las acusaciones. En su memorando de sentencia, su equipo legal resaltó más de 40 premios internacionales recibidos por el ex–oficial de parte de gobiernos de todo el mundo por su «vigilancia». Esto incluye al menos ocho galardones de agencias gubernamentales de los Estados Unidos como la Administración para el Control de Drogas (Drug Enforcement Administration, DEA) y la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency, CIA).

García Luna fue una figura clave en la administración del ex–presidente mexicano Felipe Calderón, quien inició la «guerra contra las drogas» en el país cuando asumió el poder en 2006. Durante su juicio, un número de traficantes testificaron que habían sobornado a García Luna en varias ocasiones a cambio de protección oficial. Esto, al tiempo que García Luna colaboraba con las autoridades de Estados Unidos en actividades antinarcóticos.

Jesús Zambada, alias «El Rey», el hermano del recientemente capturado líder del Cartel de Sinaloa,[ix] Ismael Zambada, alias «El Mayo»,[x] dijo que había entregado pagos en efectivo a García Luna en persona y a través de uno de sus colaboradores de confianza, Luis Cárdenas Palomino. Las autoridades de Estados Unidos acusaron a Palomino de narcotráfico en junio de 2020,[xi] quien era el encargado de supervisar las operaciones regionales de la policía federal y trabajó directamente bajo las órdenes de García Luna, pero sigue prófugo.

«Es difícil sobreestimar la magnitud de los crímenes de García Lina, las muertes y la adicción que facilitó y su traición al pueblo mexicano y los Estados Unidos», afirmaron los fiscales estadounidenses en el memorando de sentencia.

Análisis de InSight Crime

La larga sentencia de García Luna es otra victoria simbólica, pero vacía, para el gobierno de Estados Unidos. A pesar de llevar casos de alto perfil contra políticos y oficiales de seguridad corruptos, no resulta claro si enjuiciarlos sirve para prevenir estos crímenes.

«Me parece que no es necesariamente un inhibidor para la corrupción del lado mexicano», dijo Eunice Rendón, analista de seguridad y experta en el crimen organizado en México, a InSight Crime. «Lo que sí puede inhibir a lo mejor es que quien comete ese tipo de ilícitos, pues no vaya a Estados Unidos».

Luego de dejar su cargo, García Luna se instaló en la Unión Americana. Eventualmente, fue arrestado por agentes federales en Texas. El año siguiente, agentes de la DEA arrestaron al ex–ministro de defensa mexicano, Salvador Cienfuegos Zepeda, por cargos de tráfico de drogas en el aeropuerto de Los Ángeles.[xii] La acusación fue desechada rápidamente[xiii] luego de una disputa diplomática entre ambos países y Cienfuegos fue enviado a México, donde no enfrentó cargos.[xiv] Además, en 2019, el Buró Federal de Investigación (Federal Bureau of Investigations, FBI) arrestó a Edgar Veytia, el ex–fiscal general del estado costero de Nayarit —quien luego testificó contra García Luna—, mientras intentaba cruzar a Estados Unidos a través de San Diego.[xv]

La sentencia llega en un momento crítico para la relación de seguridad entre ambos países. El juicio a García Luna y el incidente con Cienfuegos generaron importantes debates políticos en ambos lados de la frontera. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el próximo jefe de Estado en EUA tendrán que restaurar la tensa relación. Recientemente, las autoridades estadounidenses dejaron de lado a sus contrapartes mexicanas durante el arresto de El Mayo y Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo, líderes del Cartel de Sinaloa.[xvi]

«Siempre ha habido una desconfianza hacia las agencias estadounidenses […] en México en materia de seguridad», dijo Rendón. «Los [agentes de la] DEA, que fue de las autoridades más cercanas al secretario, ¿cómo no se dieron cuenta o por qué no dijeron nada en el momento que ellos estaban más metidos que nadie en México?».

Adicionalmente, el juicio a García Luna fracturó las instituciones de seguridad en México al exponer la corrupción en su interior, explicó Rendón. Es el oficial de más alto rango en el país en enfrentar la justicia en Estados Unidos.

«Es una historia que va a seguir sucediendo hasta que no se consoliden instituciones de seguridad que estén bien organizadas, bien vigiladas, con controles también, no solo de confianza, sino con controles internos y externos», le dijo a InSight Crime.

*Alex Papadovassilakis, investigador de InSight Crime, colaboró en la elaboración de este artículo.