TARCISIO PEREYRA HA MUERTO. MARTES 6 DE MARZO DE 2018.
ZACATECAS. Con la carga anímica que requiere en estos momentos, familiares y amigos de Tarcisio Pereyra Flores abrieron la exposición Energía, que se integra por obras pictóricas y escultóricas elaboradas durante varios años por este artista desarrollado en el mundo abstracto durante dos décadas.
Esta exhibición, la decimoquinta individual en su haber, que estará montada durante dos semanas en la Galería Arroyo de la Plata, en el Centro Histórico, fue arropada por amantes de las artes visuales, por la comunidad artística de Zacatecas y por amigos cercanos al originario de Jalpa.
La apertura estuvo a cargo de Martín Ocampo, director de la galería; Alfonso Vázquez Sosa, titular del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) Ramón López Velarde; por Alejandrina Pereyra, hija de Tarcisio, así como por los integrantes del Grupo Negro, Javier Cortez y los alemanes Cora Van y Charlie Tomorrow, quienes resaltaron la importante y prolífica trayectoria del artista, del maestro y del amigo ausente.
El trabajo expuesto está a la venta y tiene como fin recaudar fondos que ayuden a Tarcisio Pereyra a costear los gastos de una grave enfermedad que lo aqueja. Para mayores informes, se puede acudir a la Galería Arroyo de la Plata, en la calle Doctor Hierro 514, en el Centro Histórico de Zacatecas, o ponerse en contacto vía Facebook con Alejandrina Pereyra.
Imitador de la Naturaleza
Para el escritor y artista gráfico-visual Gonzalo Lizardo Méndez, Tarcisio Pereyra es acaso uno de los creadores zacatecanos más consistentes y propositivos, quien no ha sido justamente valorado debido a su premeditada discreción.
En vez de publicitarse o darse a notar en el medio –como hace la mayoría, palabras de Lizardo–, Tarcisio prefiere recluirse en su estudio para concentrarse en su obra plástica.
Su obra es multifacética, que va desde el grabado hasta la escultura, y que exhibe siempre un altísimo grado de perfección técnica. Su apuesta por la abstracción tiene, además, un carácter casi místico: en vez de usar la materia para “imitar” figuraciones, él prefiere que la materia hable por sí misma.
De acuerdo con Gonzalo Lizardo, Pereyra Flores busca que el barro, el óleo, la madera, expresen ante el espectador su propia esencia, gracias a la mano del invisible artífice que la ha modelado.
En sus mejores obras, Tarcisio se manifiesta como un auténtico mago de la textura, de la forma, del color, capaz de imitar no los objetos, sino el mecanismo de la Naturaleza.
Ello explica su ejemplar y sabia discreción: en vez de usar el arte para manifestar su personalidad, lo usa para que el Ser y el Tiempo (es decir, el Mundo) se expresen a través de sus obras.
Y para Gustavo Villagrana, los cuadros de Tarcisio brotan de las paredes para engañar nuestros sentidos, “como si fuese un soma, una ilusión, la misma que hablan los marineros al escuchar a las sirenas, la misma que invocan los ojos de los vampiros, el color encima del color no sólo genera negro o blanco, sino energía”.
Artista prolífico
La exposición próxima pasada de Tarcisio Pereyra fue Paseos, en el Museo Francisco Goitia, una colección de 40 piezas de cerámica, 22 telas y cinco cuadros en gran formato, que trabajó durante varios años.
Una de sus obras más representativas es Tzompantli, mural cerámico montado en 2012 en las instalaciones de la Unidad Académica de Antropología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), en el que interpreta la muerte en distintas culturas.
En cuanto a proyectos en conjunto se refiere, Tarcisio Pereyra participó el año pasado en Ciudad Mural Zacatecas, impulsado en distintos lugares del país por el Colectivo Tomate, que tiene como fin rescatar los espacios públicos en barrios y colonias populares.
Pese a su perfil sencillo, discreto, ha mostrado sus obras en más de 70 exposiciones colectivas en México, Estados Unidos, Argentina, Francia y España.
Erik Flores / Tropicozacatecas.com
Fotos: Carlos Triana
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