Axis Mundi: Bienvenidos a la Era de la Extinción


Este sábado 3 de noviembre, la ONU lanzó un llamado a los seres humanos para hacer todo lo posible por detener la acelerada pérdida de biodiversidad que estamos presenciando desde hace medio siglo,[i] de lo contrario, dentro de pocos años nos convertiremos en «la primera especie que documenta su propia extinción».[ii] Y es que ya no cabe duda de que la Tierra se enfrenta a una creciente pérdida de especies que rivaliza con las cinco extinciones masivas del pasado geológico. Incluso, desde 1993, el biólogo de la Universidad de Harvard, E.O. Wilson, calculó que nuestro planeta pierde cerca de 30,000 especies por año, lo que estadísticamente apunta a la catastrófica cifra de tres especies por hora. Estamos en la antesala de la Sexta Extinción Masiva, como describió a profundidad Elizabeth Colbert en su obra homónima, misma que le valió el prestigiado Premio Pulitzer en 2015.[iii]

Debemos apuntar que los principales cambios en las poblaciones de seres vivos fueron causados por eventos físicos extraordinarios, ajenos al clima y otras perturbaciones que las especies y ecosistemas enteros experimentan y sobreviven. Hasta la llegada del ser humano, las extinciones masivas se debieron a causas naturales:

  • Primera gran extinción (hace cerca de 440 millones de años): un cambio climático extremo (enfriamiento global relativamente severo y repentino) parece haber ocurrido en la primera de estas catástrofes, la extinción masiva del Ordovícico, que causó un cambio muy drástico en la vida marina (en ese momento existía poca o nada de vida en tierra firme). Se perdió el 25% de las familias de especies existentes (una familia puede consistir de unas pocas a miles de especies).
  • Segunda extinción masiva (hace cerca de 370 millones de años): en este evento, cerca del final del Periodo Devónico, desaparecieron alrededor del 19% de las familias de especies. Variaciones en el nivel del mar, impactos de asteroides, el cambio climático y nuevos tipos de plantas han sido responsabilizados por esta extinción.
  • Tercera y más grande extinción en la historia de la Tierra (hace cerca de 245 millones de años). Los escenarios que explican lo que ocurrió en el mayor evento de extinción masiva de todos, al final del Período Pérmico, han sido complejas combinaciones de cambios climáticos que tal vez tengan sus raíces en movimientos de las placas tectónicas. Muy recientemente, sin embargo, se descubrieron indicios de que nuestro planeta sufrió una intensa actividad volcánica, con una duración de casi un millón de años. El gran volumen de gases de efecto invernadero provocado por los millones de kilómetros cúbicos de lava expulsados (se habla de 3 billones de toneladas de carbono, suficientes para desencadenar un cambio climático masivo), generaron un calentamiento global que derivó en este desastre. Se calcula que desapareció el 90% de las especies existentes.
  • Cuarta extinción masiva (hace cerca de 210 millones de años): este acontecimiento al final del Período Triásico, poco después de que los dinosaurios y mamíferos hubieran evolucionado por primera vez, continúa siendo difícil de determinar en términos de causas precisas (se manejan el cambio climático, las erupciones masivas o el posible impacto de un asteroide). 23% de las familias de especies se extinguieron.
  • Quinta extinción importante (hace cerca de 65 millones de años). Se trata del más famoso de estos eventos, ocurrido al final del Cretácico. Eliminó los dinosaurios terrestres y los amonites marinos, así como muchas otras especies en todos los hábitats explorados del registro fósil. Existe el consenso de que este evento fue causado por el impacto de un gran asteroide que creó el cráter de Chicxulub, en la Península de Yucatán. Algunos geólogos, sin embargo, señalan el gran evento volcánico que produjo la meseta de Decán, en la India, como parte de la cadena de eventos físicos que alteraron tan severamente los ecosistemas que muchas especies en tierra y mar sucumbieron rápidamente a la extinción. Se perdió el 17% de las familias (un 76% de las especies existentes).

A primera vista, los citados eventos de extinción parece que tienen poco que contarnos sobre la actual Sexta Extinción, que es un evento claramente causado por el ser humano, ya que resulta evidente que los seres humanos somos la causa directa del deterioro de los ecosistemas y la destrucción de las especies en el mundo contemporáneo a través de actividades como transformación del paisaje, sobreexplotación de especies, contaminación e introducción de especies exóticas a entornos donde no pertenecen. Y debido a que el homo sapiens es claramente una especie de animal (aunque sea un ‘animal político’, de acuerdo a la definición de Aristóteles), la Sexta Extinción parece ser la primera catástrofe de desaparición de especies global que tiene una causa biológica, más que física, de ahí que se haya propuesto llamar a esta era geológica el Antropoceno.[iv]

Sin embargo, después de una reflexión más profunda, el impacto humano en nuestro planeta es un análogo directo de la colisión con el asteroide del Cretáceo. Hace sesenta y cinco millones de años, ese impacto extraterrestre —a través de sólo su poder explosivo, seguido de inmediato por inyecciones de tanto detritus en la parte superior de la atmósfera que las temperaturas cayeron en picado, provocando, lo que resultó más dañino, que la fotosíntesis fuera severamente inhibida— causó estragos en los sistemas biológicos de la Tierra. Eso es, precisamente, lo que los seres humanos le estamos haciendo al planeta en este momento: causando grandes cambios físicos.

Si intentamos realizar un breve análisis de esta problemática, podemos dividir la Sexta Extinción en dos fases:

  • La Fase Uno pudo haber comenzado cuando los primeros humanos, anatómicamente modernos, comenzaron a dispersarse por diferentes partes del mundo hace unos 200,000–100,000 años.
  • La Fase Dos inició hace unos 12,000 años, cuando los humanos desarrollaron la agricultura.

La Primera Fase arrancó, de acuerdo con la cronología aún aceptada,[v] poco después de que el homo sapiens evolucionara en África y los humanos anatómicamente modernos comenzaran a emigrar y propagarse por todo el mundo. Así, llegaron al Medio Oriente hace aproximadamente 90,000 años y, a Europa, desde hace unos 40,000 años. Los neandertales, que habían vivido mucho tiempo en tierras europeas, sobrevivieron a nuestra llegada algunas decenas de miles de años, pero luego desaparecieron, víctimas, según muchos paleoantropólogos, de nuestra presencia, quizás a través de una guerra total o de los efectos más sutiles, aunque potencialmente no menos devastadores, de estar en el lado perdedor en la competencia ecológica.

En todas partes, poco después de la llegada de los humanos modernos, muchas especies nativas (en especial, aunque no exclusivamente, las más grandes) se extinguieron. Es posible que nuestros antepasados alteraran los ecosistemas por la caza excesiva de especies que nunca antes habían experimentado el contacto con los humanos. Y quizás también propagaran organismos que causaban enfermedades microbianas.

Tiempo después, los humanos arribaron en gran número a América del Norte, hace unos 15,000 o más años,[vi] y los sitios que revelan la matanza de mamuts, mastodontes y búfalos se hallan bien documentados en todo el continente. Por mencionar un caso, la desaparición de la mayor parte de la fauna del Pleistoceno de La Brea, en el condado de Los Ángeles, coincidió con nuestra llegada. Asimismo, el Caribe perdió varias de sus especies más grandes cuando los humanos llegaron hace unos 8,000 años.

Por otra parte, la extinción afectó a elementos de la megafauna australiana mucho antes, cuando los humanos alcanzaron la isla–continente hace unos 70,000 años.[vii] Madagascar —algo así como una anomalía, ya que los sapiens sólo arribaron allí hace unos dos mil años— también encaja en este patrón: las especies mayores (pájaros–elefante, una especie de hipopótamo, los lémures de gran tamaño) desaparecieron rápidamente poco después de nuestro arribo.

De hecho, sólo en lugares donde habían vivido especies previas de homínidos (África, por supuesto, pero también la mayor parte de Europa y Asia) la fauna, ya adaptada a la presencia de los homínidos, sobrevivió algo intacta ante la primera ola de la Sexta Extinción. El resto de las especies del mundo, que nunca antes se habían encontrado con homínidos en sus ecosistemas locales, eran tan ingenuamente incautas que terminaron por desaparecer en el evento que se conoce como «extinción de la megafauna del Pleistoceno».[viii]

La segunda fase de la Sexta Extinción comenzó hace unos 12,000 años, con la invención de la agricultura, tal vez en Oriente Medio. La agricultura representa el cambio ecológico más profundo en toda la historia de la vida en la Tierra, que ya cuenta con 3,500 millones de años de antigüedad. De hecho, el episodio bíblico de Caín asesinando a su hermano Abel puede interpretarse como una metáfora de la revolución agrícola.[ix] Además, con esta invención, los humanos no tenían que interactuar con otras especies para sobrevivir, más bien, ahora podían manipular a otros seres vivos para su propio uso. Por otro lado, los sapiens no tenían que limitarse a la capacidad de sustentación del ecosistema, por lo que podían sobrepoblarlo.

De esta forma, el homo sapiens se convirtió en la primera especie en vivir fuera de los ecosistemas locales. Todas las demás especies, incluidos nuestros ancestros homínidos, los seres humanos pre–agrícolas, las sociedades de cazadores y recolectores que aún existen, permanecen dentro de su entorno, ya que tales poblaciones desempeñan funciones específicas (es decir, tienen «nichos») dentro de sus ecosistemas. Esto no sucede con los seres humanos después de la revolución agrícola, de hecho, desarrollar la agricultura es, básicamente, declarar la guerra a los ecosistemas, preparando la tierra para producir uno o dos cultivos alimenticios, mientras las demás especies de plantas nativas ahora son clasificadas como «malezas» no deseadas, y todas las especies de animales, salvo unas pocas domesticadas, se consideran como «plagas».

El número total de organismos dentro de una especie está limitado por muchos factores, el más importante de los cuales es la «capacidad de sustentación» del ecosistema local: dadas las necesidades energéticas y las adaptaciones para obtener el sustento de una especie determinada, por ejemplo, sólo hay un número limitado de ardillas, robles y halcones que pueden habitar una determinada zona del hábitat. Pero la agricultura tuvo el efecto de eliminar el límite superior del tamaño de las poblaciones humanas en los ecosistemas locales. Aunque, en nuestros días, las cosechas siguen fallando regularmente y la hambruna así como las enfermedades continúan acechando a nuestra especie, no hay duda de que la agricultura, en general, ha tenido un enorme impacto en el tamaño de la población humana:

Y en virtud de lo anterior, la Tierra no puede sostener la tendencia de crecimiento de los seres humanos, por tanto, la capacidad de sustentación está llegando a su límite. Las estimaciones varían, pero oscilan entre 1 y 10 millones de personas en la Tierra hace 10,000 años, ahora hay más de 7,000 millones de personas y las cifras siguen aumentando de forma exponencial, de modo que en 2020 habrá 8,000 millones de personas. Se supone que hay un límite superior a la capacidad de sustentación de los seres humanos en nuestro planeta, es decir, de la cantidad que la agricultura puede soportar, y ese número se estima, por lo general, entre 13,000 y 15,000 millones, aunque algunas personas piensan que las cifras finales podrían ser mucho más altas.

Esta explosión demográfica, especialmente en los años posteriores a la Revolución Industrial de los últimos dos siglos, unida a la desigual distribución y consumo de la riqueza en el planeta, es la causa subyacente de la Sexta Extinción. De hecho, existe un círculo vicioso:

  • Se talan más tierras y se aplican técnicas de producción más eficientes (muchas de las cuales ha sido generadas mediante ingeniería genética) para alimentar al creciente número de seres humanos y, en respuesta a ello, la población sigue creciendo.
  • El mayor uso de energía fósil está ayudando a la agricultura a extenderse, modificando aún más el medio ambiente.
  • Los seres humanos siguen pescando (hoy en día, 12 de las 13 principales áreas pesqueras del planeta se consideran gravemente agotadas) y recolectan madera para la construcción, al tiempo que la simple erosión del suelo debida a la agricultura, la contaminación y los derrames de hidrocarburos crean zonas muertas, como en varias partes del Golfo de México.
  • Las migraciones humanas han significado la propagación, asimismo, de especies exóticas que a menudo prosperan en detrimento de las especies nativas. Por ejemplo, las especies invasoras son un factor de riesgo dentro del 42% de todas las especies amenazadas y en peligro de extinción en los Estados Unidos.

Como podemos ver, los ecosistemas del mundo se han sumido en el caos y es un hecho que ningún entorno, ni siquiera los vastos océanos, ha permanecido a salvo de la presencia humana. El reciente informe de la ONU señala que tenemos hasta el fin de la presente década para implementar, con urgencia, medidas de conservación, desarrollo sostenible y, en última instancia, de estabilización de la población humana y nuestros patrones de consumo, para contar con alguna esperanza de que la Sexta Extinción no se desarrollará hasta los niveles de la Tercera Extinción Masiva de hace 245 millones de años, cuando, como hemos apuntado, se perdió el 90% de las especies del mundo.

Aunque es cierto que la vida, la cual parece ser tan increíblemente resistente, siempre se ha recuperado —tras largos periodos de tiempo— después de los grandes cataclismos planetarios, esto sólo sucede después de que se ha disipado la causa del evento de extinción. Esa causa, en el caso de la Sexta Extinción, somos nosotros mismos, el homo sapiens, lo cual significa que podemos continuar en el presente camino hacia nuestro propio final o, de preferencia, modificar nuestro comportamiento hacia el ecosistema global del que aún formamos parte, aunque parezca que no tengamos consciencia de ello.

[i] https://www.theguardian.com/environment/2018/oct/30/humanity-wiped-out-animals-since-1970-major-report-finds

[ii] https://www.theguardian.com/environment/2018/nov/03/stop-biodiversity-loss-or-we-could-face-our-own-extinction-warns-un

[iii] https://www.revistadelauniversidad.mx/storage/c7d4d0a1-112a-4c38-84df-098f4297987b.pdf

[iv] https://www.sostenibilidad.com/desarrollo-sostenible/antropoceno-era-impacto-ser-humano-tierra/

[v] https://tropicozacatecas.com/2018/04/08/axis-mundi-evolucion-humana-fusion-de-mito-y-ciencia/

[vi] https://www.lavanguardia.com/cultura/20181025/452544836667/puntas-lanza-colonizacion-america-clovis-texas.html?fbclid=IwAR1aawK65VSJFYrbgfHdnZ_KDBS9H4Q4ggIfbtQyAAyhQDTe31riurT-XG4

[vii] https://www.abc.es/ciencia/abci-hombre-llego-australia-antes-creia-201707192041_noticia.html

[viii] http://alef.mx/la-extincion-de-megafauna-en-el-pleistoceno-pudo-ser-por-la-presencia-de-humanos/

[ix] http://scienceblogs.com/evolvingthoughts/2008/08/19/agriculture-and-the-rise-of-re/

 

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

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