Como lo hemos visto a lo largo de la historia, uno de los mayores problemas de la especie humana ha sido que las personas que ocupan posiciones de poder suelen ser incapaces de utilizar su cargo de forma responsable. En épocas pasadas, lo anterior se debía sobre todo a los sistemas hereditarios que asignaban el poder a reyes y nobles, quienes, con frecuencia, no tenían la capacidad intelectual o moral para utilizar bien el poder recibido. Sin embargo, en tiempos más recientes, tal parece que el poder atrae a personas despiadadas y narcisistas con una grave falta de empatía y conciencia, como lamentablemente lo hemos observado en fechas recientes, tanto en EUA como en nuestro país.[i]
En psicología existe el concepto de una «tríada oscura» de rasgos de una personalidad perversa: psicopatía, narcisismo y maquiavelismo.[ii] Estos rasgos se estudian juntos porque casi siempre se traslapan y combinan: si una persona posee rasgos psicopáticos, tiende a tener, asimismo, rasgos narcisistas y maquiavélicos.
Las personas con estas personalidades no pueden percibir los sentimientos de los demás ni ver el mundo desde otra perspectiva que no sea la suya;[iii] no tienen un sentido de la conciencia o de la culpa que les impida comportarse de forma inmoral. Se sienten superiores, mientras disfrutan manipulando y controlando a otras personas. Al mismo tiempo, necesitan sentirse respetados y admirados, además, les gusta ser el centro de atención.
Hay muchas pruebas de que las personas con personalidades de la tríada oscura se sienten atraídas por el mundo empresarial y político, las investigaciones, por ejemplo, demuestran que las personas con rasgos narcisistas y psicopáticos tienen un fuerte deseo de dominio y son desproporcionadamente comunes en los puestos de liderazgo.[iv]
Como dicen los psicólogos Niklas Steffens y Alexander Haslam, «al igual que polillas a la llama, los narcisistas pueden sentirse atraídos de forma natural por los puestos de poder e influencia».[v] Por su parte, el psicólogo Robert Hare señala que los psicópatas «son depredadores sociales y, como todos los depredadores, buscan zonas en las cuales alimentarse. Dondequiera que haya poder, prestigio y dinero, ahí los encontrarán».[vi]
Los líderes más sanguinarios del siglo XX, como Stalin, Hitler, Mao Zedong y Pol Pot,[vii] evidentemente poseían los rasgos de la tríada oscura: no se convirtieron en dirigentes por su capacidad o inteligencia, sino porque tenían un tremendo deseo de poder, por ende, eran increíblemente despiadados y crueles en su búsqueda.
Como bien podrán deducir nuestros amables lectores, muchos políticos actuales parecen tener rasgos psicopáticos y narcisistas, de hecho, es fácil detectar a estos líderes, porque siempre son autoritarios y siguen políticas de línea dura. Tal y como lo estamos contemplando en nuestro país, intentan subvertir la democracia, reducir la libertad de prensa y reprimir la disidencia;[viii] están obsesionados con el prestigio nacional y suelen perseguir a los grupos minoritarios.[ix] Y, algo que nunca falla, siempre resultan corruptos y carecen de principios morales.[x]
Hasta hace unas décadas se podría argumentar que en países con democracias consolidadas había menos probabilidades de que personas psicópatas se convirtieran en líderes. Pero, tras las elecciones del 2016 en EUA, quedó en evidencia que en cualquier nación existe el riesgo de la llegada al poder de personas altamente narcisistas, despiadadas y sin empatía.
Al igual que muchos profesionales de la salud mental, la sobrina del ex–presidente de EUA, Mary Trump —psicóloga clínica—, expresó su opinión de que el Gran Cheeto sufre de una serie de trastornos de la personalidad, al tiempo que sugirió que su principal problema era su grave narcisismo, pero también que «cumple los criterios del trastorno antisocial de la personalidad, que en su forma grave suele considerarse sociopatía».[xi]
Con el tiempo, a medida que las personas sensatas y responsables abandonaban su administración, la Bestia Trump atrajo a otros con rasgos de personalidad similares a los suyos. De este modo, su régimen se convirtió en lo que el psicólogo polaco Andrew Lobacewski denominó como una «patocracia»: un gobierno formado por personas con trastornos de la personalidad.[xii] El problema es que lo anterior es una tendencia que se observa en casi todo el mundo, lo que puede llevarnos a que la patocracia se convierta en la forma de gobierno dominante, como bien lo pronosticó un conspi–paranoico hace unos años: nos dirigimos al «Imperio de los Psicópatas».[xiii]
El meollo del asunto es que las personas insensibles y con poca empatía se sienten atraídas por el poder, mientras que las personas empáticas y responsables (quienes serían los líderes ideales) no tienen un deseo de dominio y suelen preferir permanecer ajenas a la política y los cargos directivos, porque les gusta interactuar con otras personas, lo cual deja libres los puestos de poder para las personas equivocadas.
Al igual que otros que han estudiado el problema de la «psicopatía corporativa», el psicólogo australiano Clive Boddy ha sugerido que las empresas deberían examinar a los candidatos al liderazgo en busca de psicopatías.[xiv] En mi opinión, deberíamos hacer algo similar en la política: todos los gobiernos —de hecho, todas las organizaciones— deberían emplear a psicólogos para evaluar a los posibles líderes y determinar su idoneidad para el cargo.
Los tests de personalidad no sirven de mucho, porque quienes presentan la tríada oscura son manipuladores y deshonestos, pero podrían utilizarse otras evaluaciones. Está ampliamente aceptado que hay señales de una infancia difícil y traumática en los rasgos de la tríada oscura, como la insensibilidad, la crueldad y la falta de empatía, culpa y emociones sanas.[xv] Así que los psicólogos podrían examinar la historia vital del candidato, entrevistando a sus anteriores supervisores y compañeros de trabajo, asimismo, podrían hablar con antiguos conocidos y ex–profesores universitarios.
Algunos podrían argumentar que esto otorgaría demasiado poder a los psicólogos, quienes se convertirían en «creadores de reyes», y tal vez se volverían vulnerables a la corrupción. Aunque lo anterior resulta cierto, es preferible a la situación actual, en la que no hay nada que impida que personas con rasgos narcisistas y psicopáticos adquieran poder y lo utilicen de forma perversa, como lamentablemente lo estamos padeciendo.
Notas de referencia:
[i] http://www.omnia.com.mx/noticia/174584
[ii] https://www.bbc.com/mundo/noticias-48015897
[iii] https://laregiontula.com.mx/nacional/amlo-ha-mostrado-falta-de-empatia-ante-el-horror-que-viven-las-mujeres/
[iv] https://journals.sagepub.com/doi/10.1002/per.1893
[v] https://www.researchgate.net/publication/346550812_The_narcissistic_appeal_of_leadership_theories
[vi] http://www.hare.org/welcome/bio.html
[vii] https://www.infobae.com/america/mundo/2018/09/29/los-10-dictadores-mas-sanguinarios-del-siglo-xx/
[viii] https://www.nytimes.com/es/2021/01/18/espanol/opinion/amlo-inai.html
[ix] https://aristeguinoticias.com/1210/mexico/desde-la-llegada-de-amlo-a-presidencia-ha-aumentado-la-represion-indigena-marichuy/
[x] https://contralacorrupcion.mx/el-primer-ano-de-amlo-y-la-asf-100-mil-millones-de-pesos-de-irregularidades/
[xi] https://newrepublic.com/article/158422/mary-trump-diagnoses-president
[xii] https://www.psychologytoday.com/es/blog/patocracia
[xiii] https://www.20minutos.es/noticia/2247156/0/psicopatas/lideres/poderosos/
[xiv] https://www.youtube.com/watch?v=tlB1pFwGhA4
[xv] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30576592/
Carlos Hinojosa**
**Escritor y docente zacatecano