Como bien saben los amables lectores, afortunadamente, los amantes del anime tenemos mucho donde elegir hoy en día: las plataformas de streaming ofrecen una abundancia inagotable de contenidos, con títulos prometedores que demuestran su valía tanto como los titanes de toda la vida. Nunca ha existido un medio que abarque tantas facetas, tantos gustos, y podría decirse que fue Dragon Ball quien lo hizo posible.
Estrenada como manga en 1984 y como anime en 1986, Dragon Ball llegó a la escena al mismo tiempo que el entonces desconocido animador Hayao Miyazaki sentaba las bases de lo que se convertiría en Studio Ghibli. Con la excepción de la genial y caleidoscópica Robotech,[i] no existía el mismo tipo de narrativa visual, y mucho menos una franquicia con todas las de la ley. El creador Akira Toriyama, quien alcanzó la fama con la popular serie de manga Dr. Slump,[ii] llevaba trabajando en silencio desde finales de los 70 hasta el nacimiento de Dragon Ball, que lo catapultó a él y al mundo de la animación a un territorio completamente nuevo.
En la actualidad, con frecuencia resulta común que los programas de anime se basen en una fuente de manga, lo que convierte a Dragon Ball en el arquetipo de la transición. Inspirado en las artes marciales, las novelas de aventuras y las películas de Hong Kong, es difícil argumentar que Akira Toriyama no fue la punta de lanza de cómo el shōnen —mangas y animes dirigidos a los jóvenes—[iii] llegó a la televisión.
En pocas palabras, Dragon Ball cuenta la historia de un guerrero llamado Son Goku —curiosamente similar al mítico Rey Mono de la cosmogonía china—,[iv] un niño que se embarca en una búsqueda para hacerse más fuerte y encontrar las misteriosas Esferas del Dragón: un mundo alejado de nosotros con una historia aparentemente sencilla que ha mantenido enganchado al público durante 40 años, pero, ¿cómo lo consiguió Akira Toriyama?
Como lo demuestra el reciente triunfo de la asombrosa y genial secuela de la versión de Dennis Villeneuve de Duna,[v] la fantasía y la ciencia ficción son categorías con las que estamos familiarizados, de hecho, probablemente llevamos deseando más de ellas desde que se creó la TV. Sin embargo, el Dragon Ball de Toriyama ofreció al espectador algo que nunca antes había experimentado: aparentemente sencilla en apariencia, la franquicia se adentra en capas y capas de tradiciones, escenarios y posibilidades. Con Toriyama al timón, todo era posible, y así fue.
Repleto de imágenes vibrantes, un estilo de animación inconfundible y un lenguaje que sabía exactamente lo que quería decir, Dragon Ball sentó el precedente de lo que el anime podía llegar a ser. Akira Toriyama estaba al tanto de lo que su público deseaba y sabía cómo plasmarlo en una narración serial, así nos ofrecía el clásico viaje del héroe, con algunos trucos fantásticos de por medio.
Nuestro protagonista, Goku, es adorable y duro a la vez: sabe aprovechar al máximo sus poderes, pero no es invencible. Es capaz de incrementar sus habilidades, lo que le da un amplio margen para crecer a un ritmo persistente, y lo que es más importante, todos los que le conocen le quieren de verdad. Esta fórmula se ha aplicado desde entonces en muchas de nuestras series de anime favoritas, desde One Piece y Hunter x Hunter hasta Avatar: The Last Airbender, My Hero Academy y una «pequeña» serie llamada Pokémon.
Una historia creíble en un mundo increíble es un hueso duro de roer, y la etapa de Akira Toriyama en la silla del creador lo consiguió sin esfuerzo. Su visión se convirtió en una espiral de posibilidades cada vez mayores, dando lugar a una saludable lista de series de televisión, manga, juegos, películas y productos de merchandising. Sus ideas y su ejecución hicieron que otros creyeran en lo que la animación podía hacer por ellos, dándonos muchos de los increíbles programas que hemos llegado a amar desde entonces.
Incluso podríamos decir que existe una explicación más «simplista» de por qué Akira Toriyama goza de tan alta estima y por qué Dragon Ball se considera lo mejor de lo mejor: más allá de los conocimientos técnicos, el estilo auténtico y la comprensión del oficio, está el corazón. En cada personaje, en cada escena, en cada extensión de la franquicia, se vierte una enorme dosis de amor, un amor tan evidente que ha creado una base mundial de fans que ha trascendido generaciones. Toriyama amaba a su obra y sus fans por igual, quienes, en virtud de la apoteósica reacción en medios y redes sociales ante su reciente y sorpresivo fallecimiento, siempre demostraron que fue algo recíproco.[vi]
Ya sea en vida o ahora en la muerte, Akira Toriyama deja tras de sí un legado intocable. Nunca más una sola idea podrá alcanzar la riqueza de potencial que Dragon Ball supuso para el anime, y quizás nunca más tal cantidad de creativos se inspirarán completamente en una sola fuente. Tanto Toriyama como Dragon Ball fueron adelantados a su tiempo —y atemporales—, uniéndose para formar un bucle infinito de narración excepcional que siempre será apreciado.
[i] https://es-us.vida-estilo.yahoo.com/robotech-historia-secreta-detr%C3%A1s-popular-090000976.html
[ii] https://cinepremiere.com.mx/anime-retro-dr-slump.html
[iii] https://laverdadnoticias.com/anime/Que-es-el-genero-Shonen-en-el-anime-20210411-0115.html
[iv] https://issuu.com/nigromantefi/docs/enero_2021/s/11573756
[v] https://hipertextual.com/2024/02/dune-2-critica-obra-maestra
[vi] https://bajio.quadratin.com.mx/desata-muerte-de-akira-toriyama-reacciones-en-todo-el-mundo/
Carlos Hinojosa*
*Docente y escritor zacatecano
