Axis Mundi: Feminicidio y migración


México y Centroamérica se han convertido en una de las regiones más extremadamente peligrosas del mundo para las mujeres,[i] quienes soportan no sólo las circunstancias aberrantes que, muchas veces, son «comportamientos sociales aceptados» —como el matrimonio y la maternidad adolescentes, así como la consiguiente dependencia económica—,[ii] sino también los actos criminales de la violencia doméstica, la trata de personas y el feminicidio. Además, las cifras de violencia intrafamiliar alcanzan porcentajes que superan lo concebible,[iii] por no mencionar que, como ha informado la ONU, México, El Salvador y Honduras tienen las tasas más altas de feminicidio entre los países que reportan dicho delito.[iv]

Por si fuera poco, el fortalecimiento de los cárteles, tras décadas de una fallida «Guerra contra las Drogas» impulsada por Washington y sus gobiernos satélite en la región, ha provocado que los cárteles surjan como grandes actores económicos y, de hecho, se constituyan, en varias zonas de los países que nos ocupan, en «Estados dentro de los Estados», lo cual ha exacerbado hasta niveles dantescos todos los tipos de violencia, incluidos los delitos contra las mujeres.[v] Es por ello que, trágicamente, el feminicidio se ha convertido en un importante factor dentro de las fuerzas que impulsan a los más desesperados hacia la migración con destino a EUA.

En el caso de México, como recordarán nuestros lectores, el feminicidio irrumpió en las noticias en la década de 1990, con las alarmantes historias de mujeres jóvenes primero torturadas y luego asesinadas, sin razón aparente, que le dieron la vuelta al mundo. El lugar donde ocurrían estos crímenes era, por supuesto, Ciudad Juárez. Los asesinatos, en su mayoría de empleadas de las maquiladoras, disminuyeron por un tiempo y luego se reanudaron, aumentando de nuevo a partir de 2010, cuando la mayoría de las víctimas, esta vez, fueron adolescentes, niñas de secundaria cuyos secuestros y muertes horrendas volvieron a convertirse en escándalo a nivel mundial. En total, aunque las cifras varían, cerca de 2,000 mujeres y niñas han sido asesinadas en Ciudad Juárez.[vi]

Es triste comprobar cómo la cultura patriarcal, misógina y machista de América Latina tolera altos niveles de violencia contra las mujeres, pero, en uno de los escasos avances en esta situación infernal, con el liderazgo de las Naciones Unidas, América Latina se ha convertido una de las pocas regiones del mundo en desarrollo que identifica el feminicidio y —en ocasiones— el asesinato a manos de la pareja por separado de otros homicidios.[vii] El llevar estos registros ha permitido que, por lo menos, trate de visualizarse el problema. En 2018, la ONU informó que «en América Latina se localizan 14 de los 25 países con las tasas más altas de feminicidio en el mundo, y 12 mujeres y niñas de la región son asesinadas cada día debido a su género».[viii]

El feminicidio en México y América Central ha crecido a tales proporciones que ya plantea un desafío moral y humanitario para todo el mundo, sobre todo para nuestros vecinos del norte, por más que la Bestia Trump y sus millones de seguidores traten de negar su responsabilidad en el desastre en que las políticas de Estados Unidos han convertido a nuestra región,[ix] como bien lo ha planteado una activista de ese país, Beverly Hill:

Los estadounidenses tenemos una gran responsabilidad por la situación en México y América Central. Nuestras intervenciones del siglo XX instalaron y armaron a dictadores, apagando las aspiraciones democráticas y económicas de poblaciones enteras. Nuestra «Guerra contra las Drogas» entrenó y armó a policías corruptos, quienes rápidamente cambiaron de bando y se unieron a los cárteles. Ahora rechazamos cruelmente a los solicitantes de asilo que huyen de este infierno viviente. Cumpliendo con nuestras leyes, llegan a los puertos de entrada legales para solicitar asilo, sin embargo, les exigimos que vivan en condiciones peligrosas y duras, con la esperanza de que se rindan y regresen a sus hogares. Todo esto es indigno de nosotros. Se burla de nuestros valores. Reconociendo que contribuimos a la violencia que azota a México y Centroamérica, debemos hacerlo mejor.[x]

Como podemos ver ante el incremento de esta pesadilla que parece no tener fin, resulta evidente que la respuesta de los gobiernos de la región, respecto a los peligros que enfrentan las mujeres, ha sido lamentablemente inadecuada, lo que ha provocado la justificada indignación y cólera de organizaciones femeninas, como las que protestaron contra la violencia hacia las mujeres en la ya icónica marcha del 16 de agosto en la Ciudad de México.[xi]

Después de años de respuestas fragmentadas y de fracasos en la rendición de cuentas, es necesario replantearse la manera de abordar esta catástrofe humanitaria. La evidencia, hasta ahora, sugiere que cualquier solución exitosa debe tener algunos rasgos clave. En primer lugar, debe abarcar la totalidad de cada nación, por ejemplo, en el caso de México, no hay razón para que una mujer en Chiapas tenga diferentes protecciones legales que una mujer en Jalisco, ya que está claro que un enfoque estado por estado no funcionará. Con la insistente supervisión de organismos independientes, la acción nacional del gobierno debería ser la forma más efectiva de combatir el feminicidio.

Lo cual nos lleva al segundo criterio: para asegurar que las agencias encargadas estén realmente trabajando para ayudar a las mujeres y rastrear a las personas que cometen feminicidios, en lugar de limitarse a marcar casillas diciendo que lo han hecho, las organizaciones independientes deben poder involucrarse a fondo. Las políticas en dicho sentido deben ser elaboradas en conjunto con las entidades encargadas de la aplicación de la ley y los organismos interesados, incluidos los grupos de defensa de los derechos de la mujer. De lo contrario, como ha ocurrido hasta el momento, lo procedente será «mirar hacia otro lado» para crear la ilusión de cumplimiento.

Las ONG y las organizaciones de la sociedad civil necesitan la capacidad de poder supervisar y criticar a las agencias que trabajan para detener los feminicidios. Por último, para abordar de manera significativa esta problemática, el resto de las políticas gubernamentales debe proteger y empoderar activamente a las mujeres: no basta con declarar ilegal el feminicidio si éste todavía puede realizarse con total impunidad, como continúa ocurriendo hasta el momento,[xii] debido a la grave desigualdad social y económica de nuestra región.

Notas de referencia;

[i] https://www.counterpunch.org/2017/12/15/the-most-dangerous-place-for-mexican-women-is-in-the-streets/

[ii] https://elpais.com/elpais/2019/03/14/planeta_futuro/1552580422_784534.html

[iii] https://www.excelsior.com.mx/nacional/se-dispara-violencia-familiar-en-10-estados-aumentos-de-entre-100-y-800/1298399

[iv] https://www.periodicoelmexicano.com.mx/mexico/sociedad/mexico-entre-los-5-paises-con-las-cifras-mas-altas-de-feminicidio-2121440.html

[v] https://news.un.org/en/story/2019/07/1041981

[vi] https://www.periodicoelmexicano.com.mx/local/vuelve-juarez-a-ser-primer-lugar-nacional-en-feminicidios-3108545.html

[vii] https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio

[viii] https://news.un.org/es/tags/feminicidios

[ix] https://tropicozacatecas.com/2018/10/21/axis-mundi-eu-y-la-migracion-centroamericana-la-serpiente-se-devora-a-si-misma/

[x] https://www.plaidforwomen.com/author/beverlyhill/

[xi] https://www.infobae.com/america/mexico/2019/08/20/desde-la-marcha-contra-los-feminicidios-20-mujeres-fueron-halladas-asesinadas-entre-ellas-una-nina-de-12-anos-habia-sido-violada/

[xii] https://theconversation.com/mexican-president-lopez-obrador-has-a-woman-problem-113529

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

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