Visión y percepción
Nuestra ciudad vivió momentos terribles la semana que acaba de concluir. Las dos personas ejecutadas en la Plaza Bicentenario, a plena luz del día, el pasado martes dejó un “trago amargo” para todos.
Según la encuesta de INEGI, que realizó el pasado mes de septiembre, dejó a Fresnillo como la ciudad más insegura, según la percepción de sus habitantes; pero la capital del Estado, no se quedó atrás. En la lista ocupó el quinto sitio. Nos sentimos inseguros por todos lados.
De poco ha servido, hasta el momento, la estrategia para brindar seguridad a los habitantes y los grupos criminales siguen actuando con total impunidad. A diario hay ejecutados por diferentes sectores de nuestras principales ciudades, incluyendo, por supuesto, a Guadalupe.
El grupo de coordinación local de la anterior administración se convirtió en la Mesa Estatal de Construcción de Paz y Tranquilidad (que integran todas las corporaciones policiacas, SEDENA, SSP GN y Fiscalía, entre otras) trabaja a “marchas forzadas” para intentar contener todos los actos delincuenciales.
La libertad con la que actúan los grupos del crimen organizado, sorprenden a todas las autoridades y a la sociedad en general. Hasta el momento, nuestras autoridades están rebasadas.
Lo que sucedió en la Plaza Bicentenario provocó un clamor popular entre los zacatecanos. Exigen que esta ola de inseguridad sea detenida con una mejor estrategia; que se combata esta andanada de violencia que nos lastima profundamente.
Definitivamente la gente está harta de que se echen culpas al pasado. Exigen que la situación sea atendida con mayor precisión. Es verdad que los grupos de la delincuencia organizada les llevan una gran delantera, pero la sociedad ya no resiste más.
En poco mas de un mes de que inició la administración de David Monreal, han matado a más de 200 personas en diversos actos terribles. Son varios los municipios afectados por este terrible flagelo.
Todavía recordamos a los desplazados de diversas comunidades. Gente humilde y trabajadora que ha sido afectada por esos grupos, a tal grado de obligarlos a abandonar sus tierras y sus viviendas.
En verdad deseamos que esta situación termine muy pronto, ya que niños, jóvenes y adultos sufren por este terrible mal que nos ha aquejado por años, pero, en la actualidad, ha rebasado todos los límites posibles.
* Salvador del Hoyo B.
* Periodista