Carlos III y el futuro de Gran Bretaña – Axis Mundi


Como bien pueden deducir los amables lectores, la triste y sorpresiva noticia del fallecimiento de la reina Isabel II ha marcado el inicio del régimen del rey Carlos III, al tiempo que en este periodo de transición ya se plantean cuestiones sobre si podemos esperar que la política del nuevo monarca sea «intervencionista», preocupaciones que se basan en varios incidentes ocurridos a lo largo de los años, por ejemplo, como Príncipe de Gales, Carlos fue muy directo en asuntos políticos y se descubrió que presionaba a los ministros en temas de su propio interés personal; incluso, recientemente, surgió cierta inquietud por una donación en efectivo que el ex primer ministro de Qatar hizo a las organizaciones benéficas del entonces heredero al trono.[i]

Sin embargo, la realidad del periodo que comienza puede ser muy diferente y mucho menos controvertida: aunque el rey Carlos III es ahora el jefe del Estado, Gran Bretaña sigue siendo una monarquía constitucional, lo cual significa que la capacidad de elaborar y aprobar leyes corresponde únicamente al parlamento electo. Desde la época del rey Juan y la firma de la Carta Magna en 1215, el Reino Unido se rige con un sistema monárquico limitado por la ley.[ii] El monarca tiene que dar su «consentimiento real» a un proyecto de legislación antes de que se convierta en ley, aunque hoy en día esto se considera una formalidad y una costumbre, más que un proceso que implique una verdadera aportación del soberano.

Para que el sistema sobreviva, el monarca debe ser una figura que no genere controversia y permanezca políticamente neutral; de hecho, la historia nos cuenta lo que ocurre cuando un rey intenta ejercer un poder demasiado arbitrario, por ejemplo, la tensión entre la Corona y sus súbditos se manifestó cuando Carlos I entró en el Parlamento, en 1642, para arrestar a los legisladores por traición, a lo que siguió una revuelta y, durante un breve periodo, el Reino Unido se convirtió en una república.[iii]

Y aunque la Corona fue restaurada en 1660, con Carlos II, la Carta de Derechos aprobada en 1689 —junto con el Caso de Proclamación de 1611,[iv] el cual establece que un rey no puede hacer leyes sin el consentimiento del Parlamento— obliga al monarca a aceptar la voluntad del parlamento elegido democráticamente en ese periodo.

En la práctica, el nuevo soberano es muy consciente del cambio que debe realizar: las convenciones constitucionales que no se le aplicaban cuando era príncipe deben guiar ahora todas sus acciones como rey y, en lo que respecta al oficio político, Carlos III ha dejado en claro que su enfoque debe ser diferente, como señaló durante una entrevista cuando cumplió 70 años, en 2018:

«No soy tan estúpido. Soy consciente de que ser soberano es un ejercicio distinto. Así que, por supuesto, entiendo perfectamente cómo debe funcionar. La idea de que voy a seguir exactamente de la misma manera, si debo de tener éxito, es una completa tontería. Porque las dos situaciones son completamente diferentes».[v]

De esta forma, para que la monarquía sobreviva debe seguir respetando las normas constitucionales. Sin duda es el comienzo de una nueva era, pero que debe continuar, en gran medida, con el «reglamento» que rigió el periodo de Isabel II.

En cuanto a las transformaciones que podrían avecinarse, se ha planteado que el nuevo monarca quiere una familia real «oficial» más reducida, además, se anticipa que los cambios de funciones son inminentes para ajustarse a las expectativas del siglo XXI, sobre cuánto debe pagar el público para mantener a la realeza.[vi]

En relación con los Estados de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones),[vii] cabe esperar que Carlos III sea más consciente de los cambios sociales: como Príncipe de Gales ya había comentado en la reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth, en Kigali, Ruanda, en junio del presente año, la necesidad de afrontar el lamentable legado de la esclavitud, declarando:

«No puedo describir la profundidad de mi dolor personal por el sufrimiento de tantas personas, mientras sigo profundizando en mi propia comprensión del impacto duradero de la esclavitud».[viii]

Del mismo modo, el príncipe Guillermo reconoció, durante una visita a Jamaica, que la «espantosa atrocidad de la esclavitud mancha nuestra historia»,[ix] asimismo se mostró de acuerdo con el derecho de las naciones de la Commonwealth a elegir su propio camino de forma independiente, separándose de la familia real si así lo decidieran, algo que se recordará en estos días, ya que es probable que el fallecimiento de la reina Isabel II reavive el debate sobre si algunos países quieren continuar su asociación con la Casa Real británica.

Y aunque es inevitable que se produzcan nuevas salidas de Estados de la Commonwealth, tales maniobras indicarían que podríamos ver más intentos de modernización, de reflejar un cambio generacional y hacer que la monarquía parezca más progresista y en contacto con la realidad, algo necesario para su relevancia y supervivencia a largo plazo.

No obstante, el desafío más abrumador al que se enfrentará el nuevo soberano será el de mantener la continuidad: muchos ciudadanos británicos y de la Commonwealth —así como del resto del mundo— nunca han conocido un mundo sin la reina Isabel II, y para muchos, ella fue el hilo que mantuvo unida la Gran Bretaña; tal era su popularidad que incluso el Partido Nacional Escocés reconoció que la monarca tendría que seguir siendo la jefa de Estado de una hipotética Escocia independiente.[x] Carlos III se enfrenta ahora a la tarea de continuar siendo esa fuerza unificadora.

A lo largo de los 70 años de reinado de Isabel II, Gran Bretaña se acostumbró a que el monarca sea quien hable en nombre del país en los momentos de celebración, así como en los de pérdida y dolor. Ahora, el rey Carlos III tiene ante sí el reto añadido de conectar con el imaginario social británico,[xi] al ser el sustituto de la presencia constante y tranquilizadora de la reina en el centro de la vida de su nación.

[i] https://es.euronews.com/2022/06/27/el-principe-carlos-acepto-tres-millones-de-un-jeque-catari#:~:text=El%20pr%C3%ADncipe%20Carlos%2C%20heredero%20al,este%20domingo%20The%20Sunday%20Times.

[ii] https://www.unidosporlosderechoshumanos.mx/what-are-human-rights/brief-history/magna-carta.html

[iii] https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19713/carlos-i-de-inglaterra/

[iv] https://swarb.co.uk/proclamations-case-of-kbd-1-nov-1610/

[v] https://www.theguardian.com/uk-news/2018/nov/10/prince-charles-at-70-profile-separate-being-sovereign

[vi] https://es-us.vida-estilo.yahoo.com/comienza-monarqu%C3%ADa-brit%C3%A1nica-063134344.html

[vii] https://www.abc.es/internacional/que-es-commonwealth-que-paises-integran-nsv-20220909133338-nt.html

[viii] https://inews.co.uk/news/prince-charles-rwanda-visit-slavery-commonwealth-unity-boris-johnson-1704881

[ix] https://elpais.com/gente/2022-03-24/guillermo-de-inglaterra-expresa-en-jamaica-su-profunda-tristeza-por-el-comercio-de-esclavos.html

[x] https://www.scotsman.com/news/politics/queen-would-remain-head-of-state-in-an-independent-scotland-ian-blackford-3598941

[xi] https://www.sicologiasinp.com/social/los-imaginarios-sociales/

 

*Carlos Hinojosa

*Escritor y docente zacatecano

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