COVID: ¿es tiempo de regresar al cubrebocas? – Axis Mundi


Como bien saben los amables lectores, una cosa que se puede garantizar sobre el COVID es que su evolución nos proporcionará un flujo más o menos constante de nuevas variantes del coronavirus, algunas de las cuales tendrán más éxito a la hora de infectar a las personas. Es un hecho que hablar de mutaciones suena aterrador, lo que puede acarrear graves problemas, aunque hay quienes piensan un error pensar que siempre sea así.

La BA.2.86 (designada «pirola»)[i] es una de esas nuevas variantes que ha despertado la preocupación de algunos médicos y científicos, por el elevado número de mutaciones en su proteína «espiga», la molécula de la superficie del virus que actúa como una llave para que éste se abra y entre en nuestras células, la cual también es el objetivo de las vacunas, por lo que las modificaciones en dicha espiga podrían significar cambios en la forma en que se comporta el virus, tal vez significativos.[ii]

Lamentablemente, tal y como están las cosas, no tenemos buenos datos para estar seguros de lo anterior, y es tal la preocupación de que pueda haber una nueva oleada de infecciones que algunas personas e instituciones ya hablan de la necesidad de reintroducir medidas que controlen la propagación del virus.[iii]

Recordemos que, al principio de la pandemia, una de las preguntas más insistentes era si la gente debía protegerse a sí misma y a los demás llevando algún tipo de protección facial, e inicialmente, la opinión predominante era que su uso público no sería eficaz, algo que el infame López Gatell aseguraba repetidamente en sus conferencias de prensa diarias.[iv]

Y ahora que la amenaza del COVID parecía haberse disipado en gran medida, las cifras de infección empiezan a aumentar, por lo que organismos tan respetados como la UNAM hacen grandes llamamientos para que la gente vuelva a llevar la cara cubierta.[v]

El asunto de los cubrebocas, aunque resulte difícil de creer, aún divide a los especialistas, varios de los cuales consideran que hay una falta de estudios exhaustivos y bien diseñados: a veces, el tamaño de un análisis es demasiado pequeño, lo que significa que las diferencias leves pero reales pueden ser difíciles de ver; en otras ocasiones, el uso correcto del cubrebocas es demasiado bajo. Y si la gente sólo lo lleva a veces, podría ser difícil observar un efecto a largo plazo.

También está el otro lado de la moneda: durante la pandemia, surgió la opinión de que el público no se da por enterado hasta que ve en la televisión imágenes de personas ingresadas en el hospital con dificultades para respirar, y si en la posible próxima oleada faltan este tipo de urgencias, ello podría significar que el cumplimiento sería escaso.

Además, cuando se introdujo la instrucción de cubrirnos la cara, ésta formaba parte de un paquete de medidas más amplio y de mayor alcance que, combinadas, tal vez impidieron el agravamiento de las oleadas de infecciones. Por tanto, el uso del cubrebocas debería ser acompañado de otras medidas.

Y es que, conociendo a los mexicanos, no va a faltar el inevitable cuestionamiento de por qué es necesario, así que, cualquier fallo de las mascarillas para controlar las infecciones, cuando se utilizan como única medida, podría poner en serio peligro la voluntad de la gente de cumplir con su uso si se produjera una oleada grave de infecciones respiratorias —misma que hospitalizara a un número significativo de personas— y en el que los cubrebocas formaran parte de un conjunto de medidas de control de infecciones.

Desgraciadamente, hasta el momento, las posibilidades de que se reintroduzcan controles de infección significativos y multicapa, desde las autoridades, son prácticamente nulas. En nuestro país se celebrarán elecciones presidenciales a mediados del 2024, y se necesitaría una emergencia muy grave, del tipo que vimos en el punto álgido de la pandemia, para que el gobierno siquiera se lo planteara.

Lo que es un hecho es que la variante BA.2.86 se ha extendido por todo el mundo y no sabemos a cuántas personas ha infectado,[vi] por tanto, si se ha propagado ampliamente, parece ser que la inmunidad derivada de las vacunas y las infecciones previas nos protege del COVID mortal, pero no de contagiarnos, así que, pese a todo, el uso del cubrebocas podría ser un buen inicio.

[i] https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/-llamada-a-la-calma-ante-la-subvariante-pirola-aun-no-hay-sintomas-claros-8587

[ii] https://tropicozacatecas.com/2021/01/24/axis-mundi-covid-19-el-riesgo-de-las-nuevas-variedades/

[iii] https://www.eluniversal.com.mx/tendencias/regreso-a-clases-2023-sera-obligatorio-el-uso-de-cubrebocas-por-covid-19/

[iv] https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2021/10/17/lopez-gatell-y-su-pelea-con-el-cubrebocas/

[v] https://www.elfinanciero.com.mx/salud/2023/07/31/covid-19-en-mexico-unam-recomienda-usar-cubrebocas-en-espacios-cerrados/

[vi] https://www.youtube.com/watch?v=arZLs3E-ayo

 

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

Puedes compartir esta noticia en tus redes sociales.
Previous Más de 25 mil personas bailan con los Ángeles Azules
Next Reconoce José Saldívar a jóvenes por su contribución al mejoramiento del Municipio