El asesinato de Kennedy y la «ofrenda» sin fin al culto de las armas en EUA – Axis Mundi


Como tal vez se percataron los amables lectores, el pasado 22 de noviembre se cumplieron 60 años del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, un acontecimiento tan traumático que marcó la historia reciente ya que, de hecho, aún seguimos preguntándonos qué sucedió en realidad ese día en Dallas, como lo demuestra la infinidad de teorías de la conspiración que siguen vigentes seis décadas después.[i]

Por si lo anterior fuera poco, en los años transcurridos desde el citado magnicidio ha sucedido una serie de atrocidades similares en EUA, las cuales culminaron en la violenta insurrección del 6 de enero de 2021.[ii] Peor aún, es difícil mantener cualquier semblanza del optimismo de antaño en un país donde los alumnos de primaria tienen que prepararse para la posibilidad de un tiroteo con un número masivo de víctimas en su escuela.

Tal y como acontece con nuestro país desde hace un par de décadas, resulta pertinente preguntarnos, ¿qué pasa con la sociedad estadounidense y su relación con la muerte?, ¿acaso una nación construida sobre la violenta y sanguinaria conquista simplemente no puede parar, incluso después de que todos los territorios han sido asignados y repartidos?

Desde el asesinato de John F. Kennedy han muerto más estadounidenses por disparos de civiles que soldados de EUA caídos en todas sus guerras, según un folleto distribuido por el Centro de Seguridad Pública de Virginia en enero de 2016. De hecho, un análisis de los Centros Federales de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) «de las muertes anuales por arma de fuego en los EUA desde 1968 hasta 2014» suma 1.5 millones de fallecimientos relacionados con dicho armamento, mayor que los 1.4 millones muertos en conflictos armados desde la creación de los EUA.[iii]

Para darnos una idea de la catástrofe humanitaria que padecen los vecinos del norte, entre 2015 y 2020 tuvieron 237,000 muertes adicionales por armas de fuego y, en 2021, EUA estableció un récord con 48,830 fallecimientos relacionados en este ámbito, con un 54% marcado como suicidios y un 43% como asesinatos. En general, lo anterior reflejó un aumento del 23% desde el 2019, según el Centro de Investigaciones Pew.[iv]

Además, desde el comienzo de la pandemia por COVID, ha existido un incremento del 50% en el número de niños y adolescentes muertos por disparos, con un aumento en la cifra de fallecmientos de 1,732 en 2019 a 2,590 en 2021, según datos de los CDC. No cabe duda de que armas de fuego y menores de edad asesinados representan la otra cara del «excepcionalismo estadounidense».[v]

Y aunque los citados crímenes son una catástrofe en todos los sentidos, el gobierno de EUA ha sido completamente incapaz de hacer algo significativo para abordar el problema, porque la mayoría de los políticos son cautivos de la industria de las armas de fuego, la cual comercializa sus mercancías mortales con una mentalidad de supervivencia que se alimenta del miedo, como bien lo ha planteado muchas veces el siempre certero intelectual estadounidense, Noam Chomsky.[vi]

En este sentido, de acuerdo con un análisis de Kaiser Health News:

«Estados Unidos tiene, con mucho, la tasa más alta de mortalidad infantil y adolescente por armas de fuego entre las naciones pares. En ningún otro país igualmente grande y rico las armas de fuego se encuentran entre las cuatro primeras causas de muerte de niños y adolescentes, por no hablar de la causa número uno. Los estados de EUA con más leyes sobre armas de fuego tienen tasas más bajas de muertes de niños y adolescentes por armas de fuego que los estados con pocas leyes sobre dicho rubro. Pero incluso los estados con las tasas más bajas de muertes de niños y adolescentes por arma de fuego tienen tasas muy superiores a las de otros países».[vii]

Y según datos de The Washington Post, en 2022 hubo 46 tiroteos en escuelas, más que cualquier año desde la tristemente célebre tragedia de la escuela de Columbine en 1999, cuando 12 estudiantes y un profesor fueron asesinados por dos alumnos de último grado de secundaria, quienes se suicidaron.[viii]

De hecho, han sucedido 389 tiroteos en escuelas de EUA desde Columbine: «Hasta 2017, el país promedió alrededor de 11 tiroteos escolares al año, nunca eclipsando 16 en un solo ciclo. Pero a partir de 2018, los incidentes violentos comenzaron a subir».[ix] En 2020, con la educación mayoritariamente a distancia, por la pandemia, sólo se registraron nueve tiroteos escolares, pero en 2021, con la reanudación de las clases en los planteles, hubo 42 tiroteos.

Como podemos apreciar, el culto de millones de estadounidenses hacia las armas de fuego es una catástrofe en todos los sentidos, inclusive para nuestro país, donde el actual clima de inseguridad y violencia que padecemos —ya con cientos de miles de asesinatos— es alimentado por la facilidad con la que el crimen organizado adquiere armamento en EUA, debido a la casi nula regulación con la que se maneja su inmenso mercado armamentístico.[x]

Por otra parte, además de las decenas de miles de hombres, mujeres y niños que pierden la vida cada año a causa de la violencia armada en EUA, existe un impacto económico de 557,000 millones de dólares anuales, según Everytown, una alianza nacional de los principales grupos contra dicho escenario fuera de control:

«Este problema de 557,000 millones de dólares representa los costos de por vida asociados a la violencia armada, incluidos tres tipos de costos: los gastos inmediatos que comienzan en el lugar de un tiroteo, como las investigaciones policiales y el tratamiento médico; los costos posteriores, como el tratamiento, la atención sanitaria física y mental a largo plazo, los ingresos perdidos por discapacidad o muerte, y los costos de la justicia penal, así como las estimaciones de costos de la calidad de vida perdida a lo largo de la existencia de las víctimas por el dolor y el sufrimiento de ellas y sus familias».[xi]

Para poner la astronómica cifra en contexto, ésta representa cinco veces el presupuesto para el Departamento de Educación de EUA, parte de la ofrenda sin final, en sangre y oro, que paga dicho país para sostener su culto a las armas de fuego.

[i] https://www.europapress.es/internacional/noticia-teoria-conspiracion-sigue-viva-60-anos-despues-asesinato-john-kennedy-20231122144134.html

[ii] https://tropicozacatecas.com/2021/01/10/axis-mundi-al-capitolio-por-asalto/

[iii] https://www.cdc.gov/spanish/mediosdecomunicacion/comunicados/d_vs_muertes-armas_051022.html

[iv] https://www.pewresearch.org/short-reads/2023/04/26/what-the-data-says-about-gun-deaths-in-the-u-s/

[v] https://desinformemonos.org/tiroteos-masivos-la-peor-forma-del-excepcionalismo-estadounidense/

[vi] https://www.elsaltodiario.com/pensamiento/noam-chomsky-esperanza-de-vida-ee-uu-descendiendo

[vii] https://www.kff.org/mental-health/issue-brief/child-and-teen-firearm-mortality-in-the-u-s-and-peer-countries/

[viii] https://tropicozacatecas.com/2020/01/12/axis-mundi-el-tiroteo-escolar-en-torreon-efecto-columbine/

[ix] https://www.washingtonpost.com/education/interactive/school-shootings-database/

[x] https://seguridad.nexos.com.mx/de-estados-unidos-para-mexico-repercusiones-del-trafico-ilegal-de-armas/

[xi] https://everytownresearch.org/report/the-economic-cost-of-gun-violence/

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

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